Nov 05_04 Que vuestra intención sea esa, que se acelere el tiempo de la conversión.

Rosario.

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J.V.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.
¡Mi Presencia en vosotros! Mis pequeños Mi Presencia en vosotros os he pedido muchas veces, debo Yo transparentarMe, debo Yo Vivir en vosotros, esto implica el abandono total de vuestra persona y la invitación total a la Mía.

El apartarse de sí mismo, el olvidarse de sí mismo, el negarse a sí mismo, requiere mucha humildad, fortaleza, vida espiritual, dejarse hacer por su Dios, es una nueva obra de Él mismo, es el Alfarero que va a crear una nueva obra de arte, pero debéis estar dispuestos a ello, a olvidar vuestra vida pasada, la cual vivisteis para vosotros mismos, para vuestros intereses, para vivir vuestra vida.

Ahora Yo, vuestro  Dios, el Alfarero, necesito crear nuevas obras, estoy creando nuevas obras, estáis sintiendo ya vuestro cambio, pero la negación total, todavía no se da.

DejadMe Mis pequeños, dejadMe a Mí, que Soy el Maestro, que Soy el Creador, que Soy el Artista Sublime, Poderoso, Perfecto, dejadMe a Mí hacer Mi obra en vosotros. Y así lo digo para todo el Mundo, abrid vuestros corazones y dejad que Yo, vuestro Padre y Creador renueve totalmente a esta Humanidad, esta Humanidad que se ha desviado por caminos del error y del pecado, ya que la obra que estaba constituida en vosotros se ha resquebrajado, pero Yo no dejo que caiga, Yo tomo los pedacitos y con ello vuelvo a hacer nuevas hechuras  con Mi Amor, con Mi Perdón. Mi Misericordia es Infinita, pero trabaja solamente en aquellas almas humildes, sencillas, donadas a Mi Voluntad.

Os pido a todos que abráis vuestro corazón y que Me dejéis Vivir a Mí, vuestro Dios y así quitar todo aquello que ha corrompido a través de los siglos en el corazón del hombre.

DejadMe a Mí, Purificar nuevamente la obra del principio.

Dejad en Mis Manos ese barro, ese barro que se corrompió para que lo vuelva porcelana fina y seáis nuevas hechuras.

DejadMe a Mí, que Me goce en hacer nuevas obras de arte.

DejadMe a Mí, vuestro Dios actuar en Mi Creación y así sabréis que todo lo que sale de Mis Manos y de Mi Corazón, es Perfecto.

DejadMe, dejadMe y os asombraréis de lo que Yo he de hacer con cada uno de vosotros, hechuras finísimas, porque en el Reino de los Cielos eso es lo que existe, hechuras finísimas.
Gracias Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Mis pequeños, que la lección de éste día para vosotros sean las Palabras de Mi Hijo: “Amaos los unos a los otros como Yo os he Amado”.

Ciertamente os dijo Mi Hijo que os amarais como verdaderos hermanos, y que es fácil amar a quien os ama, pero amar al hermano, el que es enemigo, al que causa maldad, al que causa distracción, al que causa separación del Bien, sobre ellos, Mis pequeños, el amor debe ser doble, son vuestros hermanitos enfermos, son vuestros hermanitos necesitados, son vuestros hermanitos olvidados, son vuestros hermanitos atacados. Cuántas veces no ha pasado que aquel al que se le ataca, al que no se le quiere, al que se le margina, el va a contraatacar con odio, con maldad, porque el ve como enemigos a todos aquellos que lo están tratando así.

Vuestros hermanos que así han caído y, que es generalmente por vuestra falta de Caridad hacia ellos, se llenan de ése odio que no debiera de haber en su corazón si vosotros actuarais en Caridad.

Al regresarlos nuevamente al redil con vuestro amor, ellos responden, porque las almas, por más equivocadas que estén, que se hayan desviado y que estén produciendo mucho mal, ceden ante el Amor. Hasta el alma más mala, más equivocada de éste Mundo, hasta el asesino, hasta aquel que produce daño a la humanidad, sabe dar amor a su pequeño hijo, al bebé, a otro ser amado; si puede nacer amor en esas almas atribuladas, en esas almas marginadas, ¿Por qué vosotros las apartáis de vuestra oración y de vuestro cuidado?

Atraedlas nuevamente con el Amor que Yo os he dado, Mi Amor no tiene límites, Mi Amor no tiene preferencias, Mi Amor es para que todos, todos vosotros gocen de él.

Vosotros tenéis Mi Amor y deberéis usarlo para todos vuestros hermanos, para atraer a vuestros hermanos nuevamente a Mi Corazón para que alcancen su salvación.

Sí, también vosotros tenéis rencores sobre determinadas almas que os han dañado alguna vez, pero Mi Amor debe cambiar vuestra manera de ser y de pensar. Si realmente dejáis que Mi Amor os cambie, primeramente a vosotros mismos, tenéis que sufrir esa metamorfosis, de ser simplemente seres humanos, a ser hijos de Dios.

El hijo de Dios debe vivir como Yo os enseñé y debéis actuar así con todos vuestros hermanos, especialmente los más atribulados. Amadles, y ellos responderán, no abandonéis a las almas atribuladas, porque seguirán causando más daño sobre las almas débiles, detened la actuación del mal sobre ellas con el Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, os he dicho que innumerables Regalos Espirituales y aún materiales se quedan en el Cielo todos los días, porque no hay quién los pida, ya sea para vosotros, ya sea para vuestros hermanos, debéis estar más atentos a Mis Necesidades, hijos Míos. Estáis todavía muy embebidos en el Mundo, todavía vuestros pensamientos se desvían hacia vuestros quehaceres, hacia las cosas que más os importan y debéis centraros más en lo que a Mí Me importa, porque eso os conviene también a vosotros.

Vosotros sois Mis emisarios, a vosotros os he mandado para que llevéis Mi Palabra, Mi Aliento, Mis Gracias, Mis Bendiciones a todos vuestros hermanos; en vuestras manos está dar todas estos Regalos Espirituales, pero debéis estar conscientes de ello, Mis pequeños, dadMe más tiempo, estad más Conmigo, permaneced en oración continua con vuestro Dios, no desperdiciéis mas lo que Yo quiero dar a vuestros hermanos y a vosotros mismos.

Grandes, grandes Bendiciones pudieron ya haber llegado sobre la Tierra, pero no hubo suficientes almas que Me lo pidieran.

¡Dad!, dad lo que no tenéis, suena raro, pero es que lo que daréis es lo que Yo tengo para dar a todas las almas. ¡PedidMe! ¡PedidMe para vuestros hermanos lo que cada uno de vosotros necesita! ¡PedidMe para las Naciones, para todos los Pueblos de la Tierra! ¡PedidMe para vuestros hermanos enfermitos! ¡PedidMe por aquellos abandonados, por los ancianitos! ¡Hay tanto por qué pedir! La paz en vuestros corazones dará esa paz al Mundo entero.

PedidMe que os llene de Mis intenciones, para que vosotros podáis darla a vuestros hermanos.

Os vuelvo a repetir, estad atentos a Mis intenciones, porque os conviene también a vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, la primera intención que guardo en Mi Corazón, y que quiero que pidáis fuertemente por ella, es la santificación tanto de vuestra alma, como la de vuestros hermanos.

Yo os dije, cuando Evangelicé a los hombres en la Tierra: “Sed Perfectos como Mi Padre es Perfecto”.

La Santidad os va a llevar a esa perfección, pero no debéis  buscar la perfección por soberbia, no la debéis buscar para vanagloria, no la debéis buscar para que todo mundo vea que sois ya grandes, la perfección, os va a llevar a esa Virtud grande, la Humildad, y a través de ella trabajaréis más por la intención de Nuestro Dios, de Mi Padre, de vuestro Padre.

Sed perfectos, os pido, Mis pequeños, porque al ser perfectos apreciaréis más la obra de Mi Padre en vosotros, especialmente de Su Amor.

Se os ha dicho que todo fue Creado en el Amor, vosotros fuisteis Creados en el Amor, todo el Universo ha sido Creado en el Amor, la perfección debe llevaros a esa intimidad en el Amor y ahí es donde gozaréis realmente esas delicias, que Nuestro Padre da a las almas.

El Amor todo lo posee, el Amor, todo lo encierra, el Amor es lo más Sublime, porque el Amor es Dios. No se puede concebir a Nuestro Padre, a Nuestro Dios, a vuestro Dios, como un Dios sin Amor.

Tratad de visualizarlo sin Amor, y no cabe en vuestra mente pensar en un Dios que no sea Amor.

Yo os vine a dar esa Evangelización de Amor que Me mandó Mi Padre, todas las obras que Me visteis hacer fueron de Amor.

Los que llevan Nuestra chispa en sus corazones, sus frutos son de Amor.  Por eso la perfección os va a llevar a vivir el Amor en Plenitud.

Buscad cuales son los caminos que os llevarán a esa perfección, primeramente deberéis quitar todos vuestros arraigos y vicios, vuestros pecados fuertes, vuestras desviaciones de pensamientos y de actos, la carnalidad, la concupiscencia, las banalidades, todo aquello que os hace desviaros del caminos de la perfección.

Debéis ir limpiando el camino que pisaréis para que se os haga más fácil, liberando primeramente vuestro corazón de todos vuestros arraigos, pecados, malos pensamientos y deseos, y así el camino se iluminará y será más sencillo de transitar. Haceos ese camino fácilmente transitable con la Gracia, con Mi Gracia, con el Amor,  con el buen trato hacia vuestros hermanos a través de las Virtudes.

Venceos a vosotros mismos con ellas, trabajad en ellas por vuestro perfeccionamiento, y así os ayudaréis y ayudaréis a vuestros hermanos a tener una vida más llena de Gracia y Bendiciones.

El camino de la perfección es difícil, Mis pequeños, porque debéis quitar todo aquello que os está deteniendo al Mundo.

La Fe, la Fe puesta en Nosotros es lo que va a hacer más fácil ese desprendimiento. Al niño, para poder quitarle algo que no le conviene, un juguetito, o algo que le pueda causar algún daño, se le da otra cosa para que se distraiga y olvide lo otro que le va a causar el daño. PedidMe a Mí, vuestro Dios, esa Virtud, o ese Regalo Espiritual, para que olvidéis vuestros vicios, vuestros pecados, vuestras faltas, vuestros arraigos, poned vuestras intenciones en cosas más bellas y altas y así iréis subiendo escalones hasta que lleguéis a la perfección que tanto quiero para vosotros y que tanto os he pedido que luchéis por ella.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla la Santísima Virgen María.
Hijitos Míos, os pido, de Corazón, que diario vuestra primera intención sea que las Gracias de Nuestro Dios Espíritu Santo, Mi Esposo, caigan sobre toda la Humanidad como Rocío refrescante, como Rocío Vivificante, como Rocío de Vida para todas las almas.

Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, desea transformar a todas las almas, lo está haciendo ya, Mis pequeños, poco a poco, pero que vuestra intención sea esa, que se acelere el tiempo de la conversión orando fuertemente por vuestros hermanos, pero con una intención de corazón tal, que vosotros sintáis en vuestro corazón esa necesidad que ellos tengan de amar, pero con el Verdadero Amor y de ser Amados por su Dios, por el Verdadero Dios.

Que esa intención, Mis pequeños, día a día se haga más patente en vuestro corazón, para que esto ya se vaya dando en toda la Humanidad. Vosotros estáis encargados de ello, Mis pequeños, de esta transformación que dará Mi Esposo a todos los corazones.

Que vuestra vida sea oración, se os ha pedido ya antes y Yo Me uno a vosotros, Mis pequeños, Yo, como Madre de todo el Género Humano os voy guiando y os voy dando a conocer las intenciones de Mi Esposo, de Nuestro Padre y de Mi Hijo.
Gracias, Mis pequeños.