Dic 14_04 La Promesa se hacía patente en la Tierra: El Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.

Rosario.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Ofrecimiento. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Yo, hijitos Míos, el Rey del Universo; Yo, hijitos Míos, el Salvador; Yo, hijitos Míos, la voz del Padre; Yo, hijitos Míos, el Amor que he venido a salvaros.

¡Oh! pobre humanidad, que se olvida de su Dios,  que se olvida de su Redentor, que se ha olvidado del Amor.

¡Oh! pobre humanidad que camina a la deriva, que camina por caminos errados, que camina por caminos de perdición.

¡Oh! pobre humanidad, que no entiende que el Camino seguro es el vivir en Mi Corazón.

Todo Un Dios que se hace Hombre para convivir entre los hombres, todo Un Dios que Vive, camina, habla, come, hace Milagros entre los hombres, quienes en lugar de encumbrarlo en sus corazones, lo desprecian, lo abofetean y lo matan.

El mayor Regalo que pudo haber hecho Mi Padre a la humanidad y fue despreciado. Pocos corazones acogieron Mi Venida, Mis enseñanzas, Mi Amor. Pocos corazones apreciaron tal Regalo del Cielo.  El corazón del hombre es tan duro, el pecado ha obscurecido sus mentes, cerrado sus oídos, ha hecho de piedra su corazón.

Hijitos Míos, son muy pocas las almas de las cuales Yo recibo agradecimiento, ó amor.

Días grandes están por venir, se recuerda el Advenimiento de vuestro Dios y ¿Qué hace el hombre? sólo intercambio de cosas materiales cuando debieran hacer gran fiesta por el recuerdo de la Vida de su Salvador, del Nacimiento de su Salvador aquí en la Tierra.

¡Oh! Mis pequeños, ¡Como se ha endurecido el corazón del hombre!

Vivís en lo material, vivís para el mundo, vuestro Dios ha quedado a un lado, vuestro Dios ya no Vive en vuestro corazón. De algunos se habla que su dios es el dinero y ya ni eso, Mis pequeños, ya ni eso.

Vuestro corazón, vuestra mente divagan en cosas vacías, necias, malvadas. El corazón del hombre ha sido arrebatado por el maligno, se vive para la obscuridad, se vive para la maldad.

Se le arrebata al que tiene, se destruye al que posee, el delincuente encuentra su reino y es protegido por los grandes, éstos grandes, en su afán de poseer el mundo, aplastan al pequeño, destruyen al que es Mío, manipulan todos los bienes del mundo para aprisionar al débil; vuestra vida se ha vuelto un caos.

El Amor, Mi Amor que todo lo vence se le ha hecho a un lado, las potencias del hombre ahora son ensalzadas, el más fuerte es el que vence. Se le ve débil al que Me ama, ahora el enfermo de “lepra” es aquel que está Conmigo. Se le aparta, se le persigue, se le destruye, los papeles se han cambiado, el que triunfa es el que tiene más maldad en su corazón. Las tinieblas van obscureciendo al mundo, las luces, que son los Míos, están siendo apagadas, pero no vencerán aún. Mi Vida, aunque sea una pequeña flama, casi por extinguirse dará gran luz en el momento preciso, cuando Yo lo indique y así, todo volverá a florecer. La luz purificará, las tinieblas serán vencidas, pero el hombre se tiene que dar cuenta de su error, se tiene que dar cuenta de que las tinieblas lo han llevado a la destrucción espiritual, moral, física. No hay vida si Yo no estoy con el hombre. El hombre ahora quiere permanecer en la muerte y Yo le permito ésta libertad a pesar del dolor de Mi Corazón, Yo no puedo detener al hombre a pesar de que lo Amo tanto, tengo que esperar su arrepentimiento, tengo que esperar a que escoja Mi Amor.

¡Un Dios que se ha dado por completo al hombre y es despreciado de ésta manera!, el hombre ha preferido la maldad, la obscuridad, el pecado antes que a su Dios, antes que al Amor, antes que a la Paz que lo va a llevar a producir Cielo en la Tierra.

Mis pequeños, sois Mis hermanos, os invito a hacer familia Conmigo, os invito a traer el Cielo, como Yo lo traje a la Tierra, os invito a compartir el Reino que habéis dejado crecer en vuestro corazón y darlo a vuestros hermanos.

Dad, Mis pequeños lo que Yo os he dado, dad Mis pequeños, ese Amor, esa confianza, esa Vida a vuestros hermanos, hacedles entender y hacedles vivir el Reino, el Reino de vuestro Dios que Yo os vine a traer por mandato del Padre.

Ayudad a vuestros hermanos a entrar por la Puerta Grande, la Puerta de los hijos de Dios.

Ayudadles a vuestros hermanos a comprender las bellezas de Mi Palabra, de Mis Obras, de Mis Milagros. Todo fue dado para vosotros, para todas las generaciones, vividlas, para que se gocen vuestros hermanos al veros vivir el Reino de vuestro Dios aquí en la Tierra, que seáis emisarios del Amor. Vivid Conmigo éste Tiempo, el Nacimiento de vuestro Dios, la Misericordia Infinita de vuestro Padre hacia los hombres, vivid, vivid Conmigo ésta alegría de estar nuevamente en el Pesebre, de estar ya con vosotros en la Tierra. Apreciad el regalo de vuestro Dios, que por generaciones y generaciones se venía anunciando por los Profetas y que por fin se daba en ese momento de la historia. Gozad infinitamente Mi Presencia en esos momentos en los cuales la Promesa se hacía patente en la Tierra.

Agradeced, vosotros mismos y por vuestros hermanos, Mi Venida, la cual anunciaba la Luz nuevamente para el hombre, que anunciaba el vencimiento del pecado y de la maldad de satanás. Empezaba ya una época de Amor, de libertad y de Gloria para la humanidad.

Dejad que vuestro corazón se llene de ese gozo infinito que tuvieron los mismos Ángeles al ir a adorarMe en el Pesebre, acompañad con vuestra mente, con vuestro corazón a esa gente sencilla, a esos pastores que Yo escogí para que fueran los primeros en ver a su Salvador.

Vosotros, a los que he escogido de entre el mundo, a los sencillos, a los obedientes, a los que han dado su “fiat” de amor, acercaos, venid aquí ante el Pesebre y ved ahí la Obra de vuestro Dios, el Regalo Inmenso, Infinito de vuestro Dios, concederos a Su Propio Hijo.

Por fin llegaba la plenitud de los Tiempos y Yo coronaba esa plenitud, el Regalo de vuestro Dios.

Dejad que Mi Santo Espíritu de Amor os haga entender éste Misterio de Amor, éste Regalo Infinito de vuestro Dios. Apartaos del mundo en éste Tiempo, vivid los gozos del Cielo como Mi Misma Madre los Vivió en total donación a Mi Padre, cuidando a Su Hijo, a Su Dios y a Su Salvador.

Os pido que seáis Mi padre, os pido que seáis Mi madre en la Tierra, os pido que seáis Mi familia. Sois Mis hermanos, cuidadMe, protegedMe, alimentadMe, llevadMe a todos aquellos que necesiten conocerMe, para que también se arrodillen ante Mí con humildad y sencillez y agradezcan a Mi Padre, vuestro Padre y vuestro Dios Sus Bondades y el Regalo que os dio con Mi presencia en la Tierra. Enamorad a vuestros hermanos con el amor que debe existir en vuestro corazón, con ese santo agradecimiento de Mi Vida entre vosotros.

GozadMe, adoradMe, agradecedMe, que Yo Me sigo dando por cada uno de vosotros, Yo Me sigo ofreciendo por cada uno de vosotros, Yo os sigo educando, Yo velo por cada uno de vosotros, Estoy Vivo entre vosotros y en vosotros, no Me cambiéis por el mundo, no Me cambiéis por un regalo que solamente será un compromiso ante vuestros hermanos.

No olvidéis esta fiesta Santa, por solamente un intercambio material, de compromiso con vuestros hermanos, Soy Yo, vuestro Dios Al que debéis recordar, Soy Yo vuestro Dios el que vine a Salvaros y a daros todos los regalos del Cielo, Soy Yo vuestro Dios el que ahora os da Vida y os la dará eternamente, el compromiso es Conmigo, no con el mundo.

Gozad, os pido nuevamente, gozad éste Tiempo, así como lo gozaron todos aquellos que sintieron en su corazón por Obra del Espíritu Santo, Quién Es el que Venía en el Vientre de Su Madre, la Siempre Virgen María. Agradeced a Mi Madre Su Donación, Sus Dolores por vosotros. Dejad que Ella os lleve hasta ese Rinconcito, un Rinconcito de la Tierra que fue el Trono de vuestro Dios. Id hacia ese lugar con vuestro corazón, acompañad a Mi Madre, a Mi padre José, acompañadlos en esa adoración de corazón ante su Dios.

Gozad, gozad y ayudad a vuestros hermanos a entender esta Belleza Celestial.

Quedo con vosotros Mis pequeños, quedo con el mundo, quedo con todos aquellos que han abierto el corazón a su Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, os pido y os he pedido que busquéis la santidad, que viváis la santidad porque es a través de ella que apreciaréis todas las bondades que Yo os he dado.

Cuando no se tiene cultura, cuando todavía no aprendéis a leer os perdéis muchas cosas, porque no podéis leer libros que os harán saber de maravillas alrededor del mundo, de cosas creadas ó de lo que Yo os he dado.

Cuando no vivís en la santidad, sois esos analfabetas que no apreciáis lo que Yo os doy. El santo es aquel que Me ha buscado, es aquel que ha a prendido a leerMe en la naturaleza, en sus hermanos, en su corazón. No es necesario aprender a leer los libros del mundo para conocerMe, lo que es necesario es aprender a vivir en el Amor. El verdadero hombre culto es aquel que Me ha encontrado, ése es el santo, el que Me encuentra, el que goza de lo que Yo os he dado, el que goza y agradece la vida que os rodea, el Don de la Vida que os he dado y Mi Vida en medio de su corazón.

Sed santos, Mis pequeños y aprendedMe a leer en todos los acontecimientos de la vida, de ayudar a vuestros hermanos, a los sencillos, a los que están abiertos de corazón, que son aquellos por los que Vine, porque aquellos que han aprendido a leer los “libros” del mundo, son los que no están dispuestos a hacerse pequeñitos y no saben leer lo que les rodea. Sed sencillos para que aprendáis a apreciar las grandezas de vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, se os dice en las Escrituras “ProbadMe, probad a vuestro Dios, probad qué Bueno es vuestro Dios”. Yo os digo, dejadMe obrar en vuestra vida, a eso se refieren las Escrituras, dejadMe a Mí, probadMe a Mí, que Yo maneje vuestra vida, que se haga Mi Voluntad en vuestra vida, dejadMe a Mí, vuestro Dios, todo Bondad, todo Misericordia, todo Vida, que Yo pueda entrar en vuestra vida y os pueda llevar por esos caminos por los que llevo a aquellos que Me son fieles, obedientes, humildes, pequeñitos, confiados, dejadMe a Mí, vuestro Dios, que Yo os lleve por esos caminos en los cuales obtendréis grandes regalos espirituales, con los cueles gozaréis vuestra estancia en la Tierra, en donde se manifestará Mi Triunfo sobre aquellos que han aceptado Mi Vida y Mis Enseñanzas. DejadMe a Mí, vuestro Jesús, vuestro Dios, que vosotros seáis Mi trofeo por las obras que Yo pueda hacer a través de vosotros y os pueda presentar posteriormente ante Mi Padre, gozoso de que Yo, a través de vosotros siga obrando en el mundo y trabajando para Él, en vosotros y con vosotros y después de que hayáis cumplido vuestra misión, dejadMe a Mí, vuestro Dios, serviros por toda la Eternidad, porque Yo Soy así, y os lo dije también, que el mayor sirva al menor.

En la Tierra, a través de vosotros, serviremos al pequeño, al que no sabe, al que necesita levantarse y en el Cielo os serviré Yo, vuestro Dios, el Grande, el Omnipotente y Eterno, a llevaros hacia esos horizontes que ni siquiera la mente humana puede imaginar, hacia una Vida Eterna que nunca ha alcanzado ni siquiera a vislumbrar el hombre, porque sus capacidades están bloqueadas por el pecado.

Muchas cosas grandes tengo Yo para aquellos que se suelten con confianza y con amor. No temáis, Mis pequeños, no temáis de vuestro Dios, que Yo no os voy a quitar, sino al contrario, os daré, cuando os deis a Mí. DadMe vuestra pequeñez para que Yo os pueda engrandecer, dadMe vuestra miseria para que Yo la convierta en Realeza. Confiad en Mí, Mis pequeños, confiad en Mí.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, los escribas y fariseos pedían una señal, Me decían  “danos una señal para creer en Ti”. Su corazón era de piedra, a pesar de que se sabían las Escrituras.

El hombre sigue pidiendo señales para creer, por la señal creer en Mí, por el Milagro, cuando realmente el Milagro vive en vuestro corazón, os vine a traer el Reino de Mi Padre. Tenéis el Milagro de la vida, tenéis todos los Milagros de la Naturaleza a vuestro alrededor, tenéis la sonrisa del bebé, tenéis todo, Mis pequeños y seguís pidiendo una señal. La Fe es la señal, pero no la queréis ver.

El hombre no ha acrecentado esa Fe en su corazón, no Me quiere ver en los acontecimientos que os rodean, el Amor no puede venir del maligno, todo lo que os rodea, todo lo que se os ha dado, todos los cuidados que se os dan, vienen del Amor, de un Padre que os Ama Infinitamente, no os falta nada. Si Mi Padre cuida de la Naturaleza, de los animalillos, de las flores, de los Cielos, del mar, si todo eso camina en orden, en el orden Universal, ¿todavía pedís una señal para creer? ¿Por qué los astros se mantienen en ese lugar y no se golpean unos a otros ó caen y chocan contra vuestra Tierra? Todos esos son regalos de vuestro Dios y aún así ¿pedís una señal?

Veis señales a vuestro alrededor profetizadas, como la maldad del hombre que os está llevando a la destrucción como al pueblo de Sodoma y Gomorra, éstos pueblos que apartaron también el amor de su corazón, estáis así ahora, Mis pequeños, destruyendo el amor y las bondades que se os dieron en vuestro corazón y pedís una señal.

La mayor señal se os dio ya hace más de dos mil años en ese Pesebre, el Salvador con vosotros y la humanidad lo sigue negando a pesar de los Milagros que se hicieron, a pesar de las Enseñanzas que os di y sigue pidiendo la humanidad una señal. La señal más grande, la señal más bella, tener a vuestro Dios entre vosotros y el hombre la despreció y el hombre la sigue despreciando.

Mis pequeños no busquéis señales, no os distraigáis en las cosas que tienen que pasar, tomad para vuestro corazón la señal que ya se os dio y esa señal os abrirá todos los caminos, será Luz en vuestra vida, vuestro Dios con vosotros, la señal de la Salvación del hombre, ésa es la que debéis apreciar, gozar y agradecer.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, Yo os pido un corazón sincero, un corazón honesto, para que actuéis según actuaría Yo. Así como Yo Me doy en totalidad para las almas, así busco corazones entregados en totalidad a su Dios. A Mi no Me gustan los corazones divididos, aquellos corazones que coquetean con el mundo y se dicen entregados totalmente a Mí, ó estáis Conmigo ó estáis contra Mí.

Debéis ser de una sola pieza, os he pedido, debéis ser hijos del Padre y no hijos del mundo y no cuando os convenga ser hijos del Padre.

Honestidad siempre en vuestro corazón, para que no haya traición, para que no haya maldad, para que vuestras obras siempre estén envueltas en Mi Amor. Que no se busque en vuestras obras cosas ocultas, que por fuera parezcan buenas, cuando realmente vuestra intención sea mala.

Tened esos corazones entregados a Mí, para que Yo purifique siempre vuestras obras unidos, unidos en un solo pensar, estaremos también unidos en un solo actuar.

No os separéis de Mí, Mis pequeños, tomadMe en vuestra vida. Como os pedía, dejadMe actuar perfectamente en vuestra vida y así vuestros actos serán los Míos, serán actos Divinos y así es como estaréis trabajando perfectamente para el Cielo. Seréis santos ante los Ojos de Mi Padre, porque Yo estaré con vosotros actuando a través de vosotros sirviendo a vuestros hermanos y dando Gloria a vuestro Dios y Padre.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, el hombre no agradece lo suficiente Mis Bondades, Mis Delicadezas. El hombre no agradece porque no ha aprendido a ver todo lo que Yo os doy. Uno agradece lo que se le da y lo goza. Cuando alguien da algo para ayudar al hermano en ese momento se da cuenta del bien que recibe y lo agradece si hay educación, si hay amor.

Vosotros no agradecéis lo suficiente, porque no os dais realmente cuenta de todo lo que Yo os doy todos los días, todo lo que Yo os doy en vuestro corazón, todos los regalos espirituales que tenéis, todo lo material que recibís. Os pido que aprendáis a ver Mis Bondades en vuestra vida. Vosotros ya habéis sido educados por Mi Corazón, pero todavía os falta Mis pequeños crecer. Agradeced por vosotros y por vuestros hermanos cada detallito que Yo voy escogiendo para vuestro día; los cuidados que tengo para cada uno de vosotros, día a día, noche a noche y así en el agradecimiento, aprenderéis a conocerMe mejor, a apreciar Mi Obra, no solamente en vosotros sino en vuestros hermanos, en la Naturaleza, en el mundo entero, en el Universo.

Ya sabéis que nada se da por casualidad, no agradezcáis a la suerte, no agradezcáis a la casualidad, porque Yo no Soy  ni suerte ni casualidad, Soy vuestro Padre y vuestro Dios, que continuamente estáis bajo Mi Mirada. No le deis méritos a esa casualidad, dadle méritos a Mi Amor, a Mi, vuestro Padre y vuestro Dios, que Existo para vosotros y vosotros existís para Mí. Esa es vuestra realidad, sois Mis criaturitas, sois Mis hijos y estáis todo el tiempo bajo Mi cuidado, no os apartéis de Mí, que Yo nunca  Me aparto de vosotros y agradeced continuamente todos Mis cuidados y Bendiciones.
Gracias, Mis pequeños.