Dic 02_04 Caéis en ese pecado de omisión por consentir vuestra naturaleza.

Rosario.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, os he hablado de la Paz, la Paz es imprescindible para el corazón del hombre, para que éste se pueda desarrollar perfectamente en el Amor, en la vida interior, en la vida con sus hermanos, sin esa paz interior, Mis pequeños, no podréis dar el fruto que deseo de cada uno de vosotros; porque si no hay orden en la casa, todo será desorden también fuera.

Vuestra casa es Mi Reino en vuestro interior, ahí habito Yo, la paz es un fruto de Mi Vivencia en vosotros. Si Yo Vivo perfectamente en vosotros, la paz vivirá en vosotros, y paz transmitiréis a vuestros hermanos.

La paz, deberéis dejarla en todos aquellos lugares a donde vayáis, con las personas en las que entréis en contacto. Sin paz interior, no podréis dar fruto. A todo lugar a donde vayáis, aunque no lo digáis en voz alta, internamente, dejad la paz: dejad la paz en el lugar, dejad la paz en los corazones, para que esa paz se asiente ahí y esa paz empiece a  dar fruto también en las personas que por ahí transiten. Por donde caminéis, dejad paz, en todos aquellos lugares, en todos aquellos corazones en donde Mi Santo Espíritu os indique, dejad paz, y así, poco a poco, el mundo irá tomando esa paz que solamente puede venir de Mí, vuestro Dios.

Deberéis caminar mucho, Mis pequeños, deberéis orar mucho, para que esa paz se vaya transmitiendo a todo el mundo, llenad al mundo de paz, llenad al mundo de amor.

Vuestra vivencia en el mundo es necesarísima, porque así como Yo os he trabajado, he quitado de vosotros todo aquello que impide la Luz de la Verdad, el Amor Infinito, la Paz Divina, también vosotros, Mis pequeños, deberéis hacer lo mismo. Aquellos que están llenos del Amor de Dios, solamente podrán dar paz. La guerra, las turbaciones de éste mundo, solo pueden venir de almas que no han abierto el corazón al Amor y por lo tanto producir paz.

Deberéis dejar paz, primeramente con los vuestros, en toda rencilla, en todo lugar donde haya mal, en los países donde haya guerras, ahí deberá estar puesto vuestro corazón, para que reciban Mi Paz, vividla y transmitidla,  Mis pequeños y así Me dejarán Vivir también en ellos, y Yo estaré Viviendo nuevamente para lograr que éste mundo vuelva sus ojos a su Dios en la Paz y en el Amor que Mi Hijo os entregó.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, deberéis siempre de mantener, de proteger y de acrecentar esa dignidad de ser hijos de Dios. Ser hijos de Dios es algo muy grande. Si realmente meditáis esto, os daréis cuenta que por Mi Hijo fuisteis nuevamente herederos del Reino, volvisteis a recuperar esa dignidad, con Su Martirio se os dio grandeza.

Los malos judíos creyeron que con Su Muerte iban a destruir Su Vida, iban a destruir Su Obra, pero no, Mis pequeños, ahí empezó la Obra, porque Su Muerte, os dio la vida y además recuperasteis esa dignidad de hijos de Dios.

Por eso, Mis pequeños, manteneos siempre en ese estado de Gracia, que significa unión Conmigo, con vuestro Dios, con vuestro Padre en Mi Santísima Trinidad. Vosotros pertenecéis a la Realeza Celestial, estáis trabajando para vuestro Dios, estáis viviendo para vuestro Dios, se os concedió el Don de la vida, sois emisarios del Cielo, venís a la Tierra a traer las Buenas Nuevas, como lo hizo Mi Hijo.

Es Tiempo de Buenas Nuevas, no os involucréis en lo negativo que sucede alrededor del mundo. Deberéis ser como Mi Hijo, deberéis ser como los Ángeles. Aquél que baja del Cielo, deberá traer cosas del Cielo y son cosas buenas, es conversión, es salvación, es nueva vida, es cambio interior para producir un cambio exterior, una renovación mundial. Si os involucráis en lo negativo, si buscáis lo negativo, os llevará a esa pobreza espiritual, no estaréis dando vida, estaréis ahuyentando la paz en los corazones y vosotros deberéis dejar paz, confianza en vuestro Dios, vida en los corazones.

Como vivís en el mundo, el mal se dedica a destruir, se dedica a transmitir todo aquello en donde pueda hacer que las almas se desvíen y no produzcan bien, no produzcan sensación de vida Divina, crecimiento espiritual. No, Mis pequeños, no busquéis lo negativo del mundo, buscad lo que os va a ayudar a vosotros a tener esa vida, a transmitir vida, a regresadMe vida al Reino de los Cielos.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, mucho sucede entre nosotros, os ponéis murallas, que os ponéis impedimentos, os ponéis todo aquello que impide Mi acción a través de vosotros.

A veces os aprovecháis de algún impedimento físico para no asistir a la Iglesia ó para no hacer algo más para vuestros hermanos. Ponéis pretextos para no acompañar a ancianos ó huérfanos y vuestra vida está llena de ello, pretextos, que al fin y al cabo serán omisiones al servicio que debéis darMe.

Mis pequeños, Yo Me di en totalidad por la Obra de Mi Padre, si vosotros estáis siguiendo Mi Obra, deberéis quitar vuestro “yo” de vuestro corazón y deberéis dejar que Yo, Cristo Jesús, Viva en cada uno de vosotros.

El tiempo que se le da al alma es corto, el trabajo es mucho y desperdiciáis una gran cantidad del tiempo que se os permite vivir aquí en la Tierra para vuestras cosas, caéis en ese pecado de omisión por consentir vuestra naturaleza, vuestra naturaleza humana está dañada, y lo sabéis, pero la consentís demasiado y en lugar de que el alma, el espíritu, pueda vencer a la materia, os dejáis llevar por ella, os dejáis vencer por ella y así eleváis más la muralla y ponéis tantas restricciones a vuestras acciones que cuando acabáis vuestra misión y veis lo que hicisteis en la Tierra por Mí, fue mínimo. Recapacitad en esto, Mis pequeños, para que no lleguéis con las manos vacías.

Yo he confiado en vosotros al daros el Don de la vida, para venir a servirMe, para servir a vuestro Cristo Jesús, para alabar a Nuestro Dios y agradar a Nuestro Dios en el servicio que se le debe de dar a sus hijos, vuestros hermanos.

Tratad de entended esto más profundamente, Mis pequeños, el enemigo os desvía y os hace creer que el tiempo en la Tierra es para gozo y no, Mis pequeños, el mundo es adverso a las acciones del Bien, a la vida del Amor, por eso el mundo Me atacó y Me mató, quiso destruir a su Dios, más no pudo, Yo sigo Viviendo en esos corazones, que ávidos de Vida, Me dejan entrar en ellos. Yo no puedo entrar en los corazones en donde encuentro puertas cerradas, toco, pero no Me abren, busco buenos hermanos, pero Me encuentro enemigos y si no son enemigos, encuentro corazones distraídos en las cosas del mundo, no están haciendo el Bien, no están haciendo el mal, viven tibios al estado de Gracia y eso es deplorable para el alma, no caigáis en ello, Mis pequeños, no seáis tibios o débiles, vivid más dedicados a las acciones de vuestro Dios, Yo os quiero llevar a muchos lugares, Yo os quiero mover hacia donde se necesita que Mi Luz ilumine, que Mi Sabiduría haga crecer los corazones, las almas, pero vosotros Me impedís Mi tarea, confiad, confiad más en Mí, vuestro Dios y dejadMe actuar a través de vosotros. Destruid esas murallas y dejadMe el paso libre para llegar hasta vuestros hermanos con vuestra presencia, vuestra presencia es necesarísima, Yo a través de vosotros, pero dejadMe Vivir, Mis pequeños a través de vosotros y así unidos, también llegaremos al Cielo y el Padre, al verMe a Mí os verá a vosotros, a través de Mí y el Premio será grande, grande.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Mis pequeños, sabéis que en la mayoría de los casos, las palabras se las lleva el viento, como decís, y es que una palabra que no está respaldada por la acción no deja huella en el alma ó en el corazón del hombre.

Yo pude haber bajado a la Tierra, sentarMe en Mi Trono y desde ahí predicar, pero Yo prediqué con la acción y la acción es la que mueve a los corazones, con la acción destruís todo obstáculo, porque la Palabra que ya se ha implantado en los corazones tiene mucha fuerza, la Fuerza Divina, que no tiene obstáculos enfrente.

Cuando vosotros os respaldáis por la Divinidad, se os abren todos los caminos, se os abren todas las puertas, se producen los Milagros, se llega a conversiones imposibles y a salvaciones de grandes pecadores. Cuando el alma pone sudor y sangre en su predicación, necesariamente da mucho fruto.

DadMe, Mis pequeños, todo lo que podáis, soltad vuestra voluntad a la voluntad de vuestro Dios,  mucho puedo hacer a través de vosotros, mucho se debe de hacer a través de vosotros. Mi Vida debe fluir a través de vosotros, pero en esa docilidad, en esa humildad, vuestra donación debe ser total. No limitéis vuestra donación a vuestro Dios, no Me limitéis lo que Yo en totalidad os he dado y juntos en haremos Milagros, haremos grandes cosas, Yo plenamente en vosotros Me gozaréis y es cuando entenderéis lo que es vivir y caminar junto con vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, se os ha dicho que no podéis servir a Dios y servir al mundo al mismo tiempo, porque al hacerlo así estaréis contaminando uno u otro. Vinisteis a servir a Dios, pero estáis en el mundo, ciertamente.

Cuando servís a Dios, podéis Divinizar las cosas del mundo y así se vuelve diferente el vivir en el mundo. Cuando vivís para Dios estáis utilizando las cosas del mundo para servir a vuestro Dios, cuando servís al mundo, os dejáis llevar por las cosas del mundo y os olvidáis de Dios.

Servid a vuestro Dios tomando las cosas del mundo, pero no olvidando que vuestro Dios las Creó para vuestro servicio, no os encadenéis a las cosas del mundo, no os esclavicéis con las cosas del mundo que os impiden volar hacia vuestro Dios.

Al ir por el mundo, id Divinizando todo lo que Dios permite a vuestro paso, Yo os he dado todo, de Mi ha salido todo, Yo no Creo cosas malas, el corazón del hombre es el que hace que las cosas se vuelvan malas. Os pedí que fuerais bendiciendo todo a vuestro paso, de ésta forma el mundo se vuelve a vuestro favor, os ayuda, está con vuestro Dios, todo entra en armonía con vuestra misión y con la vida que debéis llevar en vuestro interior. Pero cuando os volcáis por las cosas del mundo le dais preferencia a las cosas del mundo y nada más vivís para ellas y os olvidáis de vuestro Dios, en ese momento, el mundo os absorbe y os quita esa espiritualidad que debéis siempre proteger.

Mis pequeños, el gran regalo que os he dado, es vuestra alma y el que viváis unidos a vuestro Dios; cuando escogéis vivir para el mundo, estáis despreciando Mi gran regalo el gran regalo de vida.

DadMe vuestra preferencia, vivid Conmigo, Divinizad todo lo que este a vuestro paso y a vuestro alrededor para que vuestra misión sea más agradable, llevadera, más fácil de cumplir.
Gracias, Mis pequeños.