Jul 23_04 La Redención no ha terminado.

Rosario.

Temas:

  • Ahora será el culmen de toda ésa belleza que se ha ido acumulando y que no se le ha permitido dar a luz.
  • No os separéis.
  • Vuestro lugar ya está apartado en el Reino de los Cielos.
  • Venced vuestra fragilidad, venced las distracciones, venced todo aquello que os separa de Mí.
  • Que vuestra lucha sea la obtención de Mi Reino.

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J.V.

 

Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Ahora será el culmen de toda ésa belleza que se ha ido acumulando y que no se le ha permitido dar a luz.
Pequeños Míos, la renovación de la Iglesia se dará y su purificación, será bella, Santa.
Renacerá de los escombros, se vivificará con la sangre de los mártires de éste Tiempo.

El Espíritu de Dios descenderá sobre ella, el Nuevo Pueblo de Dios surgirá. Todo será claro, todo será transparente. Nueva Vida para Mi Iglesia.

Me di por la Humanidad entera.  Inicié la Iglesia a través de Mis Apóstoles, Mi Madre la ha ido guiando, ahora será el culmen de toda ésa belleza que se ha ido acumulando y que no se le ha permitido dar a luz.

Esta renovación se dará en el Amor. Gran Vida saldrá de ella que unirá a todos los Pueblos de la Tierra.

Como Perla preciosa será ofrecida a la Majestuosidad de Dios Padre, Mi Padre, vuestro Padre. Y la Sabiduría Excelsa y Divina del Espíritu Santo la guiará.

Serán Tiempos preciosos, Tiempos Divinos, en que la Humanidad entera, el Resto Santo, el Pueblo Nuevo de Dios, gozará.

Gozará inmensamente lo que Yo hice en Ella, para Ella y por Ella; sus Dones provocarán un cambio interior en los fieles, se deseará de corazón ir a la Iglesia, ir al Santo Sacrificio… será bellísimo, será supremo, será el Regalo de Dios en los Hombres, para los Hombres.

Los nuevos fieles irán con ése amor y con ése deseo para recibir los diarios regalos de su Dios.

Mis pequeños, os digo esto para que tengáis vuestro pensamiento y vuestra mira en esos bellos Tiempos por venir, os he dicho que no os fijéis en los momentos de la purificación que pasarán como el rayo… fijaos en lo que permanecerá por los siglos venideros.

Yo Soy vuestro Dios, el Hijo de Dios que luchó por todo esto, que dio hasta las últimas gotas de Su Sangre, por esto, por ésta Misión que Me encomendó el Padre, y que ahora tendrá toda Su Fuerza para el Gozo de Sus hijos.

Gozad ahora Conmigo esos momentos, ese inicio, esa purificación y llenaos de ésa alegría Divina que tendréis, que tendrán ésos Nuevos Tiempos.

Dad gracias a vuestro Dios por éstos momentos de Paz, por esto momentos en los cuales se os avisa de los acontecimientos futuros, porque el Cielo los goza, y vosotros, unidos al Cielo deberéis gozarlos también.
Gracias, Mis pequeños

Segundo Misterio, Habla la Santísima Virgen María.
Sobre: No os separéis.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima; os quiero decir que no os separéis.

La Familia de Dios, pertenecéis a una sola Familia, la familia de la Tierra que se tiene que reunir con la Familia del Cielo.

No sois diferentes familias, todos sois hermanos, y todos debéis velar por el bienestar de cada uno de vuestros hermanos.

Estáis unidos por el Cuerpo Místico, descendéis de Un Solo Dios.

Nosotros Somos vuestros Padres, todos vosotros Nuestros hijos. Lo que afecta a uno en lo individual, afecta a toda la Familia.

Estáis acostumbrados a pensar que tal o cual persona que está haciendo el mal, pertenece a otra familia y lo apartáis; intuitivamente, como creyendo que es otra familia, y no, Mis pequeños, estáis unidos en esa Fraternidad Divina, y así el Bien que haga a uno, llega a todos; como el mal que haga a otro, también llegará a todos.

Debéis veros así, como hermanos de una sola familia, y vuestra oración debe ser así, familiar, una sola familia, no diferentes familias; para que estéis atentos en lo que pasa a vuestro alrededor. Y lo que deseéis para vosotros deberá ser universal.

Una sola Familia, Mis pequeños.
Gracias, gracias, Mis hijitos.

Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Vuestro lugar ya está apartado en el Reino de los Cielos.
Hijitos Míos, ésta Humanidad aún necesita de mucha oración, de mucha penitencia, de mucha donación en tiempo, en amor, en sangre para su purificación. Pero que esto no traiga temor en vuestro corazón, temor en vuestra vida, ni obligación, todo tiene que nacer en el Amor.

Así como Yo, vuestro Dios, vine a la Tierra para entregarme a Nuestro Padre, dar todo a Mi Padre, para vuestra educación, para vuestra Redención, para prepararos para el gozo de la vida Eterna.

La Humanidad aún necesita de todo esto, Mis pequeños y Yo vuestro Dios, Jesús en vuestra presencia, debemos nuevamente llevar toda ésta Misión que Nos ha encomendado Nuestro Padre Dios a la Humanidad entera.

Vuestra oración debe ser la Mía, vuestros actos tienen que ser los Míos, Mis Deseos Íntimos tienen que brotar de vuestro corazón. Ahora Mi Sangre será la vuestra, la Redención se dará a través de vosotros, la Purificación será de todo el Pueblo de Dios unido a Mí, vuestro Salvador.

La Redención no ha terminado, vosotros Me estáis ayudando con vuestra oración, con vuestra donación, con vuestros sacrificios, con vuestra penitencia; pero sobre todo con vuestro amor, con vuestra docilidad, con vuestra Fe, sí, Mis pequeños, con vuestra Fe.

Se os va guiando, se os van dando Consejos, se os va dando la Escuela Celestial y la estáis aceptando con Fe. Y os he dicho que la Fe mueve montañas y esta Fe en vosotros y en Mis hijos que han aceptado Mi Vida en ellos alrededor del Mundo, es lo que está haciendo el Milagro de la conversión de muchos de vuestros hermanos.

Gracias a esa Fe a esa docilidad, a esa entrega, muchas almas están adquiriendo esa nueva vida, Me están encontrando, se están enamorando del Amor, sigan pues, Mis Pasos, déjenMe Vivir Plenamente en vosotros, y gozaréis fuertemente aquí en la Tierra y en el Cielo; tendrán un gozo inmenso, infinito, porque seréis los hijos de Dios, hermanos Conmigo, y vuestro lugar ya está apartado en el Reino de los Cielos, un lugar muy especial, cerca del Corazón del Padre.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Venced vuestra fragilidad, venced las distracciones, venced todo aquello que os separa de Mí.
Yo vuestro Dios, pierdo mucho con vuestras distracciones, pierdo mucho, en aquellos momentos en que el Mundo os atrae y os olvidáis de Mí.

Pierdo mucho con tantas almas que se condenan, porque no hay suficientes oraciones de vosotros, suficiente dedicación para salvarlas.

Debéis estar atentas a todas Mis necesidades, el Mundo entero debe estar atento a Mis necesidades.

Venced vuestra fragilidad, venced las distracciones, venced todo aquello que os separa de Mí.

El mal ataca fuertemente a las almas que Me pueden hacer un bien, que pueden hacer un bien para sus hermanos; él es muy sutil y os va a traer tentaciones, que os haga desviar su atención de lo que es la conveniencia Divina. Estad pendientes Mis pequeños, día y noche de Mi Presencia en vosotros.

Mi Hija la Siempre Virgen María os ha enseñado a entrar en vuestro corazón, a verMe dentro de vuestro corazón, a platicar con vuestro Dios, a escuchar Mis necesidades e intenciones.

Mis pequeños, Mis hijitos, estad pendientes de lo que vuestro Padre necesita, de lo que vuestro Dios os manda. Habéis venido a trabajar por vuestro Dios; por el Amor.

Vuestro trabajo es envidiable para muchas almas que aún están en el Cielo, el Don de la Vida es envidiable para ellas.

Tenéis un gran Don, usadlo Mis pequeños, de la mejor forma para vuestro Dios y para vuestros hermanos.
Gracias, Mis hijitos.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Que vuestra lucha sea la obtención de Mi Reino.
Hijitos Míos, lo que más cuesta es lo que más se aprecia, porque se ha puesto toda la intencionalidad para obtener algo.

Se lucha por un ideal, y cuando se llega a él y se obtiene, se le guarda como algo muy especial.
Que vuestra lucha sea la obtención de Mi Reino; que vuestra lucha sea hacer que muchos de vuestros hermanos obtengan el Reino; que vuestra lucha sea la salvación de la Humanidad.

Y así llegaréis satisfechos a Mi Presencia, al final de vuestra Misión, Me presentaréis vuestros frutos y Yo Me alegraré Infinitamente con vuestras bondades, con vuestra donación, con vuestra dedicación y os agradeceré con el Abrazo Eterno y Divino de vuestro Padre y Dios y gozaréis de esos Regalos que os tengo preparados para aquellos que llevaron a cabo su Tarea, su Misión con amor con dedicación, poniendo todo, todo su encanto, en Mi Encanto.

DadMe pues, muchas almas, muchas alegrías, muchas conversiones, mucho amor, sobre todo mucho agradecimiento, no os olvidéis nunca, Mis pequeños, de agradecer tantas Bondades que Yo derramo sobre cada uno de vosotros.

Entrad, Mis pequeños a Mi Corazón y recibid un poquito de las Mieles que os tengo preparado para el Final y Principio de vuestra Vida Eterna.
Gracias, Mis pequeños.