Mzo 13_02 Estabáis muertos y os volvió a la vida.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J.V.

 

Habla Dios Padre,
Sobre: Estabáis muertos y os volvió a la vida
Ved, hijitos Míos, el Amor de vuestro Dios. Ved, hijitos Míos, el Sacrificio de Mí Hijo. Ved, hijitos Míos, el Amor de vuestra Madre Santísima.

¡Cuánto Amor vuelto en tanto dolor! EL Primer Pecado liberó al dolor y éste entró al mundo. Fue pecado de soberbia y contra éste sólo el Amor, envuelto en humildad santa, lo podía vencer.

Yo os envié a Mí Único Hijo, al Amor verdadero, al único que podía vencer el acto soberbio, con la humildad santa. Sí, Yo os envié a Mí Único Hijo, al Santo, al ungido por Mí, el Padre, para liberaros del dolor y de las angustias con las que os atormenta el pecado. Él os vino a traer la verdadera Vida, después de tanto tiempo en el cual la humanidad vivió en las tinieblas. Pero, ¿cuántos se dieron cuenta de esa Vida Divina que os envié? ¿Cuántos la acogieron y la guardaron en su corazón para así poder transmitirla a través de los siglos?

Todos vosotros, ahora, sois herederos de esa Vida, de esa Luz, de ese conocimiento de Mí Amor, que Mí Hijo os dio hace 2000 años- Os vuelvo a preguntar a vosotros en éste, vuestro tiempo, ¿cuántos de vosotros os dais cuenta del Amor, de la Luz y de la Vida que Mí Hijo os trajo y, además, la habéis aceptado y acogido en vuestro corazón?

Yo os di lo más preciado que tenía, a Mí propio Hijo; un Hijo Santo, un Hijo lleno de Amor por todos vosotros, un Hijo que aceptó, por Amor, darSe en sacrificio para vencer al mal, diseminado por el mundo y que os agobiaba fuertemente y todo esto lo hizo porque Yo, Su Padre, quería veros a todos vosotros vueltos a la Verdad.

Grande fue SU dolor y sacrificio durante toda Su Vida sobre la tierra y todo lo realizó por Amor a Mí y a vosotros. Él aceptó e hizo Mí Voluntad en todo momento para alegrarMe, salvando a Mís hijos de las garras del mal.

Sí, mucho dolor y sacrificio sufrió Mí Único Hijo para salvaros, pero también mucho Amor y alegría movía y mantenía Su Corazón durante Su Misión, ya que con ella abría las Puertas del Paraíso nuevamente.

Etended y reflexionad, todo lo que Yo le pedí a Mí Hijo que hiciera por Mí, era para bien vuestro; estabais muertos y Él os volvió a la vida; estabais a merced completa del mal y Él vino como arca de salvación; no podíais entrar a la Casa Paterna y Él os vino a abrir las Puertas para que gozarais nuevamente de lo que habíais perdido; la Gracia Divina se había apartado del hombre y Él la recuperó para cada uno de vosotros.

Sólo Misericordia hubo en Sus Palabras y Actos y, ¿cómo Se le pagó?, y ¿cómo se Le sigue pagando? ¿Es ésta la forma de pagarLe a quien sólo Amor os dió al que murió dolorosamente en una Cruz para libraros de las garras del mal?

Injusto es el hombre, porque no se ha querido apartar de su carnalidad, de sus pasiones, de su materialismo.

Injusto es el hombre, porque no ha querido ver a Mí Hijo como a su Salvador, como a su verdadero Dios.

Injusto es el hombre, porque habiendo tenido el ejemplo Divino de Mí Hijo para seguir y así recuperar si filiación divina, ha preferido mantenerse en el pecado que lo sigue arrastrando hacia la perdición eterna.

Muchos de vosotros sois padres o madres y amáis fuertemente a vuestros hijos. Muchos de vuestros hijos son buenos y son ejemplo para otros, porque la virtud está en ellos, el Amor vive en ellos, os pregunto: ¿qué sentís cuando se enferman, aunque sea de algo leve? Os sentís mal, porque los amáis, ¿no es así?, y eso que sabéis que pronto pasará ese mal. Por otro lado, muchos de vosotros habéis pasado por momentos muy fuertes en vuestra vida, con vuestros hijos, como el que hayan padecido una enfermedad mortal o el que fueran llamados a filas para combatir y nunca regresaron. ¿Cómo fue vuestro dolor al perder al hijo a la hija en la enfermedad o en el combate? Os sentís pero, ¿no es así? En estos dos ejemplos que os di la situación es inevitable, no podéis hacer nada para cambiarlo. Pero, ¿qué sentiríais si tuvierais que dar la vida de alguno de vuestros hijos o de vuestro único hijo por la salvación de muchos otros? Estos son sacrificios heroicos, éste fue Mí Sacrificio y ha sido el sacrificio de algunos de vuestros hermanos a lo largo de la historia. Sí, ahora os podéis dar cuenta, levemente, del sacrificio tan grande, del dolor tan atroz que sufrí por vosotros y lo peor de todo es que una gran mayoría no lo aprecia, no lo recapacita ni lo agradece y ¡todo fue para vuestro bien!

El Amor se os sigue dando. Mí Misericordia se sigue derramando y sigo esperando el regreso de vuestra alma arrepentida y agradecida por los bienes recibidos.

Meditad, Mís pequeños, meditad, porque mucho y muy grande se os ha dado y poco, muy poco, Yo he recibido.

Yo os bendigo en Mí Santo Nombre, en el Nombre de Mí Hijo, Salvador y Redentor, por Amor de todo el género humano y en el Nombre de Mí Santo Espíritu.