Feb 09_02 Responsabilidad de Nuestros Actos.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J.V.

 

Habla Dios Padre,
Sobre: Responsabilidad de Nuestros Actos.
Hijitos Míos, cada acto humano o divino tiene una finalidad y conlleva una responsabilidad. No se puede hacer algo simplemente por hacerlo, sin pensar en lo ese acto va a causar en los demás.

Yo os creé por Amor, para que vivieráis Mí Amor y lo compartieráis. El acto es bueno en sí y la finalidad también.

Todo acto salido de un corazón que ama, es bueno y va a producir buenos frutos Un acto salido de un corazón que odia, va a producir maldad, va producir un mal, en uno o en muchos de vuestros hermanos.

No estáis en la tierra por casualidad y eso ya lo sabéis, estáis cada uno para cumplir una misión específica, que Yo vuestro Dios, os concedí y, a partir de ellos, es cuando vuestros actos se van a volver vida o muerte; vida para vosotros mismos y para muchos más, o muerte para vosotros mismos y para muchos más.

El compromiso que adquiristéis conMigo, al recibir el Don de la Vida, es muy importante, es un compromiso DIVINO y Yo, como Padre y Creador vuestro y Fuente de Amor, os digo que tenéis la obligación de reproducir en vuestro corazón lo que es Mí Esencia Divina, el Amor, y al reproducirlo lo debéis vivir y al vivirlo dais ejemplo de lo que es vuestro Padre y Creador. Por eso, cuando a un hermano vuestro, quien está viviendo en la profundidad de Mí Corazón se le reconoce en el mundo como verdadero hijo Mío, es porque se transparenta Mí Amor y Mis Deseos a través de su vida y sus actos, estas almas están realmente viviendo su compromiso.

Ahora estáis viviendo en un mundo en donde no se quieren vivir ni Mí Amor ni el compromiso hecho a Mí, vuestro Creador. Sí, os decía que si os reconocen como hijos Míos es porque vivís y actuáis en Mí Amor, entonces, ahora, que no estáis viviendo ni actuando lo que viene de Mí, ¿de quién os podéis considerar hijos?

Yo os di Leyes y Decretos a seguir. Yo os envié a Mí Único Hijo a serviros y a enseñaros Mí Pensamiento. Tenéis a Mí Santo Espíritu en vuestro interior y Él os guía en vuestro actuar, por lo tanto, no tenéis pretexto alguno como para poder decir que no sabéis qué es lo que debéis hacer en el mundo. Si ahora vosotros cambiáis de dueño en vuestro corazón, es un acto libre de vuestra voluntad y obtendréis de vuestros actos el fruto de lo que de ellos se derive.

Si a seguirMe a Mí, vuestra vida y vuestros actos van a ser buenos, vuestro premio va a ser de Vida Eterna. Si al cambiarMe a Mí en vuestro corazón por el hacedor del mal, vuestra vida y vuestros actos van a ser contrarios a lo que Yo os mandé, vuestro premio eterno será de muerte y de dolor.

El vivir en el mundo conlleva un gran compromiso y una gran responsabilidad. Vuestra vida, vuestros actos, vuestras palabras, van a causar que muchos de vuestros hermanos puedan alcanzar Mí Amor o que luchen contra Mí Amor. No podéis hacer o decir algo sin que produzca una respuesta positiva o negativa en los que os rodean. No podéis vivir por vivir y creer que vuestra vida es sólo vuestra y que sois libres de hacer lo que os plazca, ¡no, Mis pequeños!, todos vuestros actos tienen trascendencia y cada acto vuestro va a ser juzgado a su hora.

A veces sin daros cuenta, hacéis o decís algo y ese algo puede cambiar la mentalidad de alguien que os vio u oyó, para el resto de su vida.

Todo el tiempo de vuestra existencia sois ejemplos para los que os rodean y, peor aún, si sois populares, si sois personajes que atráeis la atención de muchos en el mundo. Si por vuestro actuar dais un mal ejemplo y por este mal ejemplo se desvían una o más almas, Mí Justicia caerá fuertemente contra vosotros. Por otro lado, si por vuestro buen actuar Me atraéis muchas almas al redil de Mí Hijo, ganando con ello su salvación eterna, vuestro premio va a ser inmenso. Pensad y meditad muy bien esto, Mis pequeños, ya no podéis seguir viviendo por vivir, sin ser responsables de vuestros actos, porque para Mí, para vuestro Dios no se me escapará ninguno de ellos y cada uno de ellos será vuestro juez al momento del encuentro final, meditadlo muy bien.

Yo os bendigo en Mí Santo Nombre, en el Nombre de Mí Hijo y en el Nombre del Amor de Mí Santo Espíritu.