Ene 25_02 Cómo vivir en el Mundo, pero no ser del Mundo.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Cómo vivir en el Mundo, pero no ser del Mundo.
Hijitos Míos, os quiero hacer hincapié en dos frases muy importante que se encuentran en los Evangelios: Vivir en el mundo, pero no ser del mundo, y pasar por el lodo y no enlodarse. Estas dos frases os llevan a lo mismo, vivís rodeados del pecado, pero no por ello debéis ser parte de él ni aceptarlo en vuestra vida.

No porque la generalidad de vuestros hermanos haga tal o cual cosa, que esté fuera de Mí Ley, deberéis aceptarla y seguirla. ¡NO!, Mis pequeños, la virtud debe vencer al pecado. La virtud debe fortaleceros para no caer en las redes del mal. La virtud, si aprendéis a escucharla, os va a poner sobre aviso ante las insidias del mal, el cual ahora se camuflagea muy bien, para que caigáis en él.

“Vivir en el mundo, pero no ser del mundo”, frase difícil de comprender y más de aceptar por una gran cantidad de vosotros. Para muchos de vosotros, os he dicho antes, vivir en el mundo ha sido el ver por vuestros intereses y así habéis llevado una vida desperdiciada, una vida inútil para MIS INTERESES. En cambio, los que han aprendido a ver por Mis Intereses, el vivir en el mundo para AYUDAR a los del mundo, les acarrea muchas bendiciones de parte Nuestra.

Sí, vivir en el mundo no es tarea fácil, si es que sólo contáis y confiáis con vuestras propias fuerzas y con vuestras limitadas capacidades. Sí, vivir en el mundo, para servirMe, os acarrea, lo mismo que Me sucedió a Mí, blasfemias, persecuciones, ataques del enemigo constantemente, quien, usando como instrumentos de ataque a personas allegadas a vosotros, os hace sufrir más.

Sí, vivir en el mundo no es tarea fácil, porque la terquedad del hombre para reconocer a su Dios en todo lo que le rodea y en todo lo que recibe, ha aumentado por su soberbia. El hombre ha llegado al punto de creer que él mismo se puede bastar en todo y que Yo salgo sobrando.

Sí, vivir en el mundo y no pertenecer a él en nada, cada vez es menos posible, porque la corrupción y el pecado se han introducido tanto en la forma de vida de todos vosotros que si no tomáis de ellos, vuestra vida terrena se os hace más difícil de sobrellevar. Por eso os he dicho anteriormente que, prácticamente todos vosotros, los que ahora vivís sobre la tierra, en mayor o menor grado os habéis contaminado.

Sí, vivir ahora en la tierra sin contaminarse, requeriría de vosotros una fortaleza titánica, la cual sólo se adquiere al vivir con Nosotros, al alimentarse de Nosotros y al vivir por Nosotros. Es la donación TOTAL a vuestro Dios lo que necesitáis, pero, ¿cuántos de vosotros vivís así?

El lodo del pecado todo lo ha ensuciado, hasta a Mí Iglesia se ha introducido, pero, gracias a Mí Promesa de que, a pesar de los ataques del demonio y de la maldad del hombre, Mí Iglesia se iba a mantener SANTA hasta el Fin el mundo, no debéis generalizar al pensar de que todos Mis Sacerdotes y Religiosos están en el error. Yo preservo y cuido a Mí Iglesia y de ella aún salen y saldrán verdaderos santos, como vuestro Papa actual.

Cuando es la virtud la que reina en vuestra vida y en vuestros actos, podéis cruzar por caminos y con personas muy sucias por el lodo del pecado y no por el hecho de poneros en contacto con ellos ya quedasteis contaminados.

Cuando la fe y el amor a vuestro Dios son profundos tienen raíces muy fuertes en Nosotros, y cuando sabéis escuchar al Espíritu Santo en vuestro corazón, el lodo del pecado no puede penetrar, podrá ensuciaros en la superficie pero con una sencilla mirada a Mí Corazón, volverá vuestra alma a quedar limpia. No así cuando vuestra fe es frágil, tambaleante, sin dirección fija como veleta, entonces sí, ¡cuidado!, porque el lodo penetra profundo, cubre vuestra pequeña fe, os hace dudar y os puede desviar fácilmente.

El lodo del pecado cubre los ojos del alma, no permite que escuchéis a Mí Santo Espíritu y no os deja actuar en el bien, porque endurece vuestro corazón.

Hijitos Míos, sólo Mí Gracia os puede ayuda a pasar por el mundo sin arraigaros a él y sin mancharos, pero vuestra mirada debe estar puesta en Mí Corazón, si dejáis de ver al Mío y véis al vuestro, estad seguros que el mundo y su lodo os destruirán.

Yo os bendigo en Nombre de Mí Padre, en Mí Santo Nombre y en el Nombre del Amor de Mí Santo Espíritu.