Jul 17_11 Éste es momento, también, para vosotros en que Mi Hijo será apartado del mundo.

Mensaje.

 

Mensaje de la Santísima Virgen María a J.V.

 

(Lenguas…) Hijitos Míos, Mi Corazón está roto en mil pedazos al ver, ciertamente, la maldad que se ha introducido dentro de la Iglesia, cómo los ministros, los sacerdotes consagrados, están dando la espalda a Mi Hijo, Le están traicionando.

Ahorita estáis en el tiempo de las tinieblas, en donde las tinieblas ya están cubriendo también la Iglesia de Mi Hijo, la Iglesia que Yo cuido, la Iglesia que debiera transmitir las verdades y el Amor de Mi Hijo, y ahora se Le está traicionando, Ya no hay amor, ya no hay deseo de mantener a las ovejas reunidas, ya no se les busca para ayudarles a crecer y amar a Mi Hijo, Su Dios, a quién debieran atender con el mayor respeto y amor.

Ya no hay vida espiritual entre ellos, se han vuelto del mundo, prefieren los placeres y los dineros del mundo; ahora son el poder de este tiempo, los judas que traicionan a Mi Hijo, cómo Judas traicionó a Mi Hijo en su tiempo. Los fieles, también, una gran mayoría, le han dado la espalda a Mi Hijo, a Sus Enseñanzas, a Sus Leyes, a Su Amor.

Os aviso, Mis pequeños, que así, como en la época de Mi Hijo, los mismos judíos y sus sacerdotes, ayudados por los romanos, apartaron a Mi Hijo del mundo, lo asesinaron, éste es momento, también, para vosotros en que Mi Hijo será apartado del mundo; tendréis persecuciones, dolor, sangre correrá que purificará aquellas almas que no aman a Mi Hijo. Tiempo de dolor para aquellos que realmente aman al Amor Verdadero, pero esto tiene que suceder, Mis pequeños, para que apreciéis todo lo que tuvisteis y lo perdisteis por no cuidarlo.

Tuvisteis el tesoro más grande aquí en la tierra, el tesoro del universo, que es a Mi Hijo, a vuestro Dios, y al perderLo os sentiréis solos y abandonados, los que realmente amáis a Mi Hijo, pero eso servirá, Mis pequeños, para que vuestro amor se asiente, para que vuestro amor crezca y para que vuestro amor cuide, de ahí en adelante, el regalo más grande que, ciertamente, volverá a vosotros cuando todo esté renovado por el Amor de nuestro Dios, en su Santísima Trinidad; cuando todo vuelva a ser bello, cuando el corazón del hombre vuelva a amar, cuando los ministros y sacerdotes de la Iglesia  sean verdaderos cuidadores del tesoro más grande que tenéis sobre la Tierra.

Mis pequeños, el dolor os llevará a la purificación y la purificación a que tengáis, nuevamente, esa pureza de corazón, ese amor que no debisteis haber perdido por vuestro Dios.

Mis pequeños, Mi corazón se duele, Mi corazón de Madre llora lágrimas de sangre, Mi Corazón os ama, a vosotros los que estáis conMigo y comprendéis Mi dolor, porque comprendo también el vuestro.

Uníos en oración, uníos en vida espiritual y así la fuerza del Espíritu Santo, de Mi Esposo, bajará sobre vosotros, os cuidará, os apoyará, y, así, juntos, el Cielo con la Tierra, unidos en un solo Amor, en un solo deseo, hará que se renueve la faz de la Tierra, para que Mi Hijo pueda venir a reinar entre vosotros, los fieles del Amor de Mí Hijo.
Gracias Mis pequeños.