Rosario Vespertino
Temas:
- Tened paciencia y manteneos en oración y en vida íntima, en ese coloquio divino, Conmigo, con vuestro Dios, para iros preparando para ese cambio bellísimo, que se ha de venir pronto.
 - Ahora es vuestro tiempo, ahora es el momento en que toda la humanidad, debe hacer lo mismo que hizo Mí Hijo.
 - Tenéis en las Sagradas Escrituras una parábola de los denarios, vuestras capacidades espirituales son los denarios, uno, dos o tres, según Yo os los haya entregado.
 - Las almas vuelan hacia Mí fácilmente cuando Me han encontrado, cuando han encontrado el verdadero tesoro que debéis buscar.
 - Vosotros no conocéis realmente las necesidades de la humanidad, las necesidades de las almas, el bien que Yo quiero haceros a todos vosotros a través de vuestra oración de corazón.
 
Mensajes de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J.V.
Primer Misterio, Habla  Nuestro Señor Jesucristo, 
    Sobre: Tened paciencia y  manteneos en oración y en vida íntima, en ese coloquio divino, Conmigo, con  vuestro Dios, para iros preparando para ese cambio bellísimo, que se ha de  venir pronto.
  Hijitos Míos, es una gran dicha estar con vosotros  porque es Mi promesa de que cuando dos o mas estén reunidos para la oración,  ahí siempre voy a estar Yo, vuestro Dios, Cristo Jesús con vosotros. 
La maldad ha cubierto toda la Tierra, todos habéis  sido afectados de alguna forma. Todos estáis dañados, por eso tengo Yo que  seguir ayudándoos con Mi Redención, que es continúa y para todos los siglos y  con vuestra corredención, que la hago Yo continúa, pero con diferentes  personajes, porque vosotros estáis limitados y tendréis que partir algún día.  Yo mantengo esa corredención, con vuestra ayuda, con vuestra oración, con  vuestro ejemplo, con vuestra vida espiritual unida a la Mía. Yo os doy esta  gracia, Mis pequeños, de poderMe ayudar cuando, ciertamente, Mí Sangre Preciosa  lo ha purificado ya todo, pero os doy la oportunidad de estar Conmigo, para que  toméis en serio lo que es la vida de oración, la vida en los Sacramentos, pero  sobre  todo el amor que vosotros deis a  vuestros hermanos. Debéis vivir una fraternidad íntima, abogando por vuestros  hermanos y de esta forma vivaís en el amor, haciendo caridad por la salvación  de los vuestros, de todos vuestros hermanos sobre la Tierra.  Seguid pues, adelante, Mis pequeños,  mantenedMe siempre con vosotros, unidos en oración y no solamente en oración  sino llevadMe a todos aquellos lugares a donde vayáis. Que sea Yo vuestro  Compañero Íntimo, que vaya con vosotros acompañándoos siempre, para que Me  platiquéis, para que Me tengáis en cuenta, para que os ayude en todo momento,  para que Yo os levante cuando fatigados estéis o atribulados. Yo puedo ayudaros  en todo lo que necesitéis, Yo tengo el poder de hacerlo, porque Soy vuestro  Dios; quiero que tengáis esa confianza, de Padre-hijo, de Hermano a hermano, de  una persona amorosa que os ama mucho y que queráis venir a Mí para aliviar  vuestras preocupaciones. Tenéis todo Conmigo, aprovechadlo Mis pequeños. Os  Bendigo.  Segundo Misterio, Habla  Dios Padre,  Ahora es vuestro tiempo, ahora es el momento  en que toda la humanidad debe hacer lo mismo que hizo Mi Hijo. Ahora debéis  uniros en oración, en donación, en vida, con Mi Hijo. Ahora es vuestro deber  entregaros a Él, Él se entregó por vosotros, Él tomo todos los pecados y toda  vuestra maldad, ahora os toca a vosotros, hacer vuestra parte. Debéis vosotros mismos,  al ser otros Cristos, tomar también vuestra parte al interceder por vuestros  hermanos, por todos los del mundo entero: pasados, presentes y futuros y os  unáis a  la oración de Mi Hijo.  Ciertamente vosotros no tenéis esa divinidad  ni podéis destruir la maldad con vuestros propios actos, porque no sois  divinos, pero si os podéis unir a la Divinidad y eso es lo que quiero que  seáis, Mis pequeños, en estos momentos, corredentores, pero unidos íntimamente  a las intenciones de Mi Hijo.  Recordad que en el Cielo no hay tiempo, lo que  Mi Hijo hizo por vosotros está fuera del tiempo, o sea, abarca toda la vida,  todos lo siglos, y lo que quiero que hagáis, Mis pequeños, es que os unáis en  éste momento, que es vuestro tiempo, porque vosotros sí estáis en el tiempo, al  momento en que Mi Hijo se ofrecía perfectamente por vosotros y así, éste que es  vuestro momento, también alcanzará la eternidad y todos lo tiempos, porque os  estaréis uniendo a Mi Hijo. Ya no son vuestros méritos aislados, ya no es  vuestra petición aislada y que se quede olvidada, ¡no!, Mis  pequeños, en este momento ya es vuestra petición, son vuestros buenos deseos,  es vuestra donación, pero unidos a la Divinidad de Mi Hijo y, así es como  vuestra oración y vuestra donación alcanzan poderes infinitos de salvación,  porque os habéis unido a vuestro Dios, vuestro Redentor, vuestro Hermano que, aceptando  Mi Voluntad, os salvó y ahora vosotros, unidos a Él, salvareis infinidad de  almas, si os donáis, y sobre todo, si aceptáis Mi Voluntad, como Mi Hijo, la  aceptó.  Tercer Misterio, Habla  Dios Padre,  Espiritualmente hablando, Mis pequeños,  también debéis proteger a vuestra alma, debéis tomar buen alimento, debéis  darle vida, debéis llevar a vuestra alma por buen camino para que no se  desperdicien las capacidades, los dones, las virtudes que tiene el alma.  Vosotros, humanamente hablando, tenéis una profesión, una forma de vivir, un  empleo, se os conoce por la forma en que actuáis y cómo ayudáis a la sociedad  con vuestras capacidades, pero también se os debe conocer por vuestra intimidad  espiritual, por los dones que Yo os he concedido, por todas esas capacidades  espirituales que debéis dejar que fluyan para que vuestros hermanos se  enriquezcan con ellas. Cada uno de vosotros, cuando bajáis a la tierra, Yo os  doy una o más capacidades espirituales para ayudéis a vuestros hermanos en su  crecimiento espiritual y en su salvación eterna, pero son muy pocas las almas  que llevan a cabo esta tarea, prefieren enfocarse nada más a lo que es del  mundo, utilizan las capacidades que Yo les concedo para llenarse de bienes del  mundo, que no van a  servir en lo  absoluto cuando regreséis a Mí.  Vosotros debéis entrar en oración profunda,  debéis encontrarMe en vuestro corazón, debéis tener una vida espiritual,  íntima, Conmigo con vuestro Dios para que llevéis a cabo esa parte que el  hombre necesita desarrollar y que son vuestras capacidades espirituales. Si  vosotros no habéis llegado a ése nivel de conocer vuestro interior, de conocer  vuestras capacidades espirituales, sólo os puedo decir que habéis perdido un  tiempo precioso, un tiempo con el cual podríais haber ayudado a infinidad de  almas. No habéis hecho nada para Mi Reino, ya que bajasteis para servirMe y  desperdiciasteis ése tiempo, tiempo del cuál os juzgaré, porque todo el tiempo  que tenéis de vida Me pertenece y si no lo utilizasteis, se os juzgará por  ello.  Tenéis en las Sagradas Escrituras una parábola  de los denarios, vuestras capacidades espirituales son los denarios, uno, dos o  tres, según Yo os los haya entregado. Vosotros Me entregaréis más, debéis hacer  producir los dones espirituales que Yo os entregué para trabajar para Mi Reino  y para la salvación de las almas. ¿Qué habéis hecho con esos denarios?, o sea,  con esos dones que Yo os di para cuidar a vuestros hermanos de los ataques de  satanás, para ayudarles a crecer espiritualmente, para ayudarles en sus  tribulaciones particulares. Cuando vosotros utilizáis los dones que Yo os  concedí, primeramente debéis tener una humildad grande para reconocer que ésos  dones son Míos; segundo, debéis actuar en caridad, en donación, porque estáis  sirviendo a vuestros hermanos. Los dones del Espíritu Santo son para eso, Mis  pequeños, son para que os donéis en humildad y en amor a vuestros hermanos,  para que trabajéis por vuestro prójimo, para que viváis totalmente donados al  bienestar espiritual y aún del humano, de vuestros hermanos. Ésa debe ser  vuestra meta sobre la Tierra, porque eso es lo que os enseñó Mi Hijo,  Jesucristo. Él siendo Dios, pudo haber bajado a la Tierra a mandar como Dios  que es, pero Yo le pedí que se diera a vosotros y bajó a serviros, siendo todo  un Dios, el Rey de Reyes por sobre todo lo creado, y Él vino a serviros a  vosotros, pequeñitos. Ved ahora la posición que debéis tomar.  Tomad pues de los dones que Yo os concedí y  servid a vuestros hermanos para que les ayudéis en lo que necesiten, en cuerpo  y alma y, sobre todo, para que vayáis diseminando Mi Reino sobre la Tierra. Ése  es vuestro trabajo, preparar el terreno para que Mi Hijo reine en la Tierra y  esto se logra solamente en el amor, porque cuando os donáis a vuestros  hermanos, estáis trabajando en amor. En cambio, satanás concede poderes a  aquellos que le buscan, pero el poder es limitante, el poder, hace que los  demás queden esclavizados, los poderes aniquilan al hombre. Tened cuidado pues,  Mis pequeños, y preguntaos ¿para quién estáis trabajando, para Mí, vuestro  Dios, o para satanás?  Cuarto Misterio, Habla  Dios Padre,  Yo Soy ése tesoro, Mis pequeños, Soy vuestro  Dios. Estáis en el mundo, habéis visto lo que tiene el mundo. Ciertamente, hay  cosas bellas en el mundo, pero también os podéis equivocar al escoger de entre  ésas cosas bellas. Recordad que hay espejismos que se disuelven, que no valen nada  y así el hombre, a lo largo de su vida, va perdiendo el tiempo, va gastando sus  energías en cosas inservibles, se va llenando de cosas del mundo, que solamente  lo van a hacer que se detenga en el mundo y no vuele hacia  a Mí, porque el mundo y sus bienes os  arraigan y no os dejan volar hacia Mí, porque no habéis aprovechado la parte  espiritual que tenéis,  que ésa es la que  os atrae hacia Mí.  Las almas vuelan hacia Mí fácilmente, cuando  Me han encontrado, cuando han encontrado el verdadero tesoro que debéis buscar.  A veces ése tesoro se vuelve difícil de encontrar, porque el mundo entierra Mi  gran Bien, y no podéis encontrarlo por los espejismos que os pone satanás a lo  largo de vuestra vida. El gran Bien, Soy Yo, todos los dones, virtudes,  bendiciones, que Yo os puedo regalar, están ahí Conmigo, enterrados y vosotros  vais a desenterrar ése gran tesoro pero antes Me debéis buscar. Yo Me escondo,  ciertamente para las almas, para que pongáis de vuestra parte, para que pongáis  vuestro trabajo, para que sea meritorio para vosotros el encontrar Mi tesoro, Mi  Presencia en vosotros y cuando Me encontráis Me doy por completo a vosotros,  porque pusisteis de vuestra parte, luchasteis por encontrarMe y Yo Me regalo a  las almas que Me encuentran, que pusieron todo su empeño en buscarMe, en buscar  Mi Palabra, buscar la verdad, en buscar Mi Amor, en buscar los bienes que os  vino a enseñar Mí Hijo sobre la Tierra.  Para llegar a Mí os debéis despojar de lo que  es del mundo. Y así cuando llegáis a Mí es cuando el alma ya puede volar  libremente, porque se ha despojado de aquello que lo detenía. Ahora comprendéis  mejor ésta parábola, Mis pequeños, buscad, pues, el tesoro mas grande que  podéis encontrar en vuestra vida y para vuestro bien que ése tesoro Soy Yo,  vuestro Dios y cuando habéis luchado y puesto todo vuestro empeño en  encontrarMe os asombraréis de todos los regalos con los que Yo os voy a dar, y  gozareis inmensamente con ellos porque son muy diferentes a los bienes de la Tierra.  Mis tesoros realmente satisfacen al alma, en cambio, los bienes de la Tierra,  nunca os van a satisfacer porque así es satanás, os hace que busquéis y  busquéis y os llenéis de los bienes del mundo, pero actúan como lastre que no  os permiten llegar a Mí.  Meditad esto Mis pequeños para que podáis  crecer espiritualmente y Me alcancéis a Mí, vuestro Dios, que Soy vuestro  Tesoro, por el que debéis luchar y que cuando Me alcancéis, gozareis  inmensamente.  Quinto Misterio, Habla  Dios Padre,  Vosotros contáis con la ayuda de vuestro Dios  Espíritu Santo en vuestro interior y Él os ayudará a que encontréis la oración  que se necesita para cada ocasión y ésta saldrá siempre de lo más profundo de  vuestro corazón. Nunca hagáis oración sin poner vuestro corazón en ella porque  no valdrá gran cosa.  Vosotros os deberéis poner en el lugar de  vuestros hermanos necesitados y de esta forma os daréis cuenta de lo que  realmente se necesita de vuestra oración. Mi Hijo os dijo que vosotros no  teníais Fe suficiente para lograr que vuestra oración moviera montañas. Os da  el ejemplo que de si vuestra fe fuera al menos del tamaño de una semilla de  mostaza, que es muy pequeñita, vuestra oración podría hacer grandes cosas. Y es  por eso que os pido que entréis en lo mas profundo de vuestro corazón para que  podáis encontrar ahí a vuestro Dios Espíritu Santo, que Él os guiará a aumentar  vuestra Fe para que vosotros Me pidáis, de corazón, por Mi ayuda hacia vuestro  hermanos. Me pediréis a Mí, vuestro Dios, que os ayude en todo lo que os vaya  indicando Mi Santo Espíritu que habita en vosotros.  Vosotros sois pequeñitos, vuestra oración, al  salir de lo profundo de vuestro corazón, se llena de amor, vuestra oración es  sincera, vuestra oración la habéis meditado antes de hacerla y así es como  vuestra oración se hace poderosa, porque estáis realmente haciéndola con  conocimiento de causa, que no es lo mismo que la oración que es de labios para  fuera, porque no estáis dándoos cuenta de lo que estáis diciendo. Debe ser una  oración profunda, intima, divina, porque estáis en unión con lo Divino, estáis  en unión con vuestro Dios, que Él os está indicando lo que debéis hacer.  Buscad, pues, en vuestro interior, la ayuda de  Mi Tercera Persona, de la Santísima Trinidad, vuestro Dios Espíritu Santo, ya  que Él os enseñará a hacer verdaderas oraciones de  corazón, llenas de amor y de Fe, llenas de  confianza, llenas de esperanza, y esas oraciones sí tendrán un efecto milagroso  y así podréis mover montañas, porque estaréis actuando junto con la Divinidad.
  Gracias Mis pequeños. 
    Sobre: Ahora es vuestro  tiempo, ahora es el momento en que toda la humanidad, debe hacer lo mismo que  hizo Mi Hijo.
  Hijitos Míos, Mi Hijo bajó a la Tierra por  obediencia a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios y Él, sin tener pecado, sin tener  ninguna falta, tomó los pecados del Mundo sobre Sí. Todo el mal entró en Él  para ser vencido, por Mi Gracia Divina, por Su Divinidad, porque es Dios  Conmigo. Yo os mandé a Mi Hijo para que os pudiera abrir las puertas del  Paraíso porque estaban cerradas. Se dio por todos vosotros en obediencia a Mí,  vuestro Padre y vuestro Dios y todas las faltas, pecados, desamores, odios,  todo lo que satanás ha sembrado a través del tiempo, lo tomo sobre Sí para  destruirlo con el Amor, con el Amor Divino, con el Amor de todo un Dios que se  donaba por vuestra salvación y para vuestro crecimiento espiritual. 
  Gracias Mis pequeños.
    Sobre: Tenéis en las  Sagradas Escrituras una parábola de los denarios, vuestras capacidades  espirituales son los denarios, uno, dos o tres, según Yo os los haya entregado.
  Hijitos Míos, humanamente hablando, vosotros  os debéis alimentar lo mejor posible para que vuestro cuerpo pueda resistir a  las enfermedades, a los microorganismos que le puedan dañar. Si vosotros os  protegéis con buen alimento, os desarrolláis bien, crecéis y así lleváis una  vida saludable. 
  Gracias Mis pequeños. 
    Sobre: Las almas vuelan  hacia Mí fácilmente cuando Me han encontrado, cuando han encontrado el  verdadero tesoro que debéis buscar.  
  Tenéis una parábola de Mí Hijo: una persona  encuentra una perla preciosa, valiosísima, y vende todo lo que tiene para  comprarla. También, encuentra un tesoro en un terreno y vende todos sus bienes  para comprar el terreno porque sabe que al tener ése terreno, el tesoro que  está debajo, lo va a hacer inmensamente rico, mucho más rico que lo que  invirtió para comprar ese terreno. 
  Gracias Mis pequeños. 
    Sobre: Vosotros no  conocéis realmente las necesidades de la humanidad, las necesidades de las  almas, el bien que Yo quiero haceros a todos vosotros a través de vuestra  oración de corazón. 
  Hijitos Míos, cuando os pido que vuestra  oración sea oración profunda, que Me busquéis en vuestro interior, es para que  oremos conjuntamente. Vosotros no conocéis realmente las necesidades de la  humanidad, las necesidades de las almas, el bien que Yo quiero haceros a todos  vosotros, a través de vuestra oración de corazón. 
  Gracias Mis pequeños. 
