Jul 02_98 Deberíais ser Mis prisioneros, los prisioneros de Mí Corazón.

Mensaje a la 1:30 a.m.

 

Mensaje de Dios Padre a J.V.

 

Habla Dios Padre,
Todos vosotros deberíais ser Mis prisioneros, los prisioneros de Mí Corazón y al ser prisioneros de Mí Corazón, ahí es donde encontraréis vuestra verdadera libertad.

La libertad no se encuentra donde la mayoría de vosotros estáis, se encuentra en Mí, Vuestro Padre. Cuando realmente Me poseéis, es en ése momento cuando realmente podéis actuar libremente, porque es en el Amor donde se puede actuar sin fronteras de ninguna especie.

Nada detiene al Amor. Cuando el Amor desea actuar nada se puede interponer porque él en sí, tiene todo el poder inimaginable para el Ser. Vosotros lo sabéis por experiencia, que cuando hay un gran amor entre dos seres, cosas maravillosas o hechos extraordinarios se llevan a cabo, humana y espiritualmente. Vosotros decís: Es que era imposible que sucediera y sucedió. Hijos Míos, no seáis ciegos, el amor es la fuerza del Universo y esa fuerza se encuentra contenida en Mí Corazón. Vosotros habláis de imposible, mientras Yo hablo de normalidades, vosotros habláis de milagros, Yo hablo de Amor.

En el amor se puede encontrar todo lo que menos os podáis imaginar. El amor es una fuerza pura y santa, una fuerza poderosísima que no se puede contener. Ni millones de bombas nucleares podrían igualar la potencia de Mí Amor. Hijos Míos, vuestra pequeñez os impide ver la realidad. Confiad en las palabras que Vuestro Dios os regala y no sólo eso, confiad en que Vuestro Dios os ama con ésa fuerza que no tiene límites, que no hay poder alguno que Lo contenga. El Amor, Mí Amor, todo lo puede. Mis Hijos los santos lo han palpado en una mínima parte y se han quedado extasiados ante el poder incontenible del Amor.

Extraviáis vuestros intereses al buscar cosas nocivas para vuestro corazón, sin daros cuenta que sólo una cosa vale para Vuestro Dios y es el amor Creador, como para amar a vuestros semejantes. No hay otra cosa que valga más para Mí. Yo os doy todo, Yo me doy enteramente a vosotros. Yo os doy Mí Vida y vosotros debéis continuarMe. Vuestro Mundo, y digo “vuestro”, porque no es el Mundo que Yo creé para vosotros, ahora lleno de odios, de maldad de corrupción, de peligros para vosotros y para vuestros hijos. Vuestro mundo tiene que cambiar y tiene que ser nuevamente Mío. Un mundo lleno de alegrías. Un Mundo lleno de amor, un mundo lleno de benevolencia, un mundo lleno de hermandad yd e Paz. Un Mundo donde se adore, nuevamente, al verdadero Dios, al verdadero Amor.

Hijitos Míos, Yo Vuestro Padre necesito de vosotros, necesito de un cambio verdadero en vosotros. Estáis rodeados de las mentiras que Mi enemigo os ha colmado. La mentira y con ella, la muerte espiritual, se ha adueñado de todos vosotros. Ya no podéis ver la Luz Verdadera. Os estáis ahogando en vuestras iniquidades y hallaréis la muerte real en cuerpo y alma, si no volvéis a Mis Brazos Protectores. Sólo necesito vuestro sí, vuestro arrepentimiento de corazón. Introduciros a vuestros corazones donde Me encontraréis la Fuente de la Verdad, la Luz de Mí Amor. Aunque viváis externamente rodeados de tinieblas, podréis vivir libremente en vuestro interior viéndoMe a Mí y siguiendo los designios de Mí Corazón en los vuestros.

Necesito que viváis la realidad de los acontecimientos. El tiempo es corto pero suficiente para vuestra salvación. Con Mi Amor se puede lograr en segundos lo que no se pudo lograr en años y Me refiero a vuestra salvación eterna. Yo nunca fuerzo vuestra voluntad, pero sí os pondré infinidad de ocasiones, como ésta, para que reflexionéis y entendáis que Vuestro Dios os ama y que detiene el poder infinito y Poderosísimo de Su Amor, hasta que vosotros, libremente, lo queráis aceptar. Yo os amo como nadie os puede amar, porque Yo Soy Vuestro Padre y conozco todas las fibras íntimas de vuestro ser y todos vuestros pensamientos y os amo por cada célula por las que estáis constituídos, porque de célula en célula os ví crecer y os amé infinitamente porque sóis vosotros, todos, salidos de Mis Manos amorosas, de Mí Tierno Corazón. Volved a Mí Hijos Míos, volved a Mí que os amo tanto. Os bendigo con el Poder Absoluto de Mí Amor y espero vuestra respuesta de corazón. Vuestro Padre Celestial.