Jul 13_01 El valor de los actos humanos unidos a los de Nuestro Señor Jesucristo.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
¿Por qué, Mis pequeños, dudáis de que Yo, vuestro Dios, viva en vosotros y con vosotros?

¿Por qué, Mis pequeños, aún dudáis de que Yo, vuestro Dios, os busque, os procure, os aliente, os alimente?

¿Por qué, Mis pequeños, dudáis de que Mi Poder Omnipotente todavía siga haciendo milagros como los que hice cuando vivía entre vosotros?

Yo Soy un Dios vivo, no Soy un Dios muerto y frío representado tan solo por una estatua, una pintura ó una foto. Yo realmente vivo en cada uno de vosotros y alrededor de vosotros, en todos los acontecimientos, en todas las bellezas, en toda la magnificencia, que he derramado de Mi Corazón Creador en la Tierra y en todo el Universo.

¿Por qué estáis tan ciegos que no queréis verMe como Creador de todo cuanto existe?

Yo he creado todo para dar gusto a Mis pequeños. Así como el pajarillo construye su nido y arregla todo para que no le falte nada a sus polluelos, Yo, vuestro Dios, creé el Mundo y el Universo entero para daros gusto, para consentiros, para que juntos, Yo y vosotros, gozáramos de los regalos de Mi Corazón.

Como se lee en los Evangelios: “La hoja del árbol no cae si no lo hace por Mi Voluntad”, ésto también se dice por vosotros. Nada sucede en vuestra vida si no es por Mi Voluntad y suceda lo que suceda, se vea bueno ó feo, desagradable ó doloroso, siempre se dará en vosotros para que de ahí se saque un fruto bueno.

La maldad continuamente os ataca, pero no tiene libertad y poder total para hacerlo. Si le permito que os ataque es porque sé que, por conocer vuestro interior; la prueba que se os presente os va a ayudar a crecer en Fé, ó en Amor, en comprensión ó en fortaleza.

No despreciéis nunca una prueba ni la maldigáis, porque ella siempre os va a dejar un regalo personal, con el cuál seréis ejemplo para otros, a los que también ayudaréis a crecer.

Yo, vuestro Dios, actuando como Padre, administro Mis Gracias y Bendiciones que os regalo y tomo de vosotros el resultado de ello, vuestros actos amorosos y libremente donados, de vuestro corazón, para ayudar a muchas otras almas a crecer. Esto es, que si Yo permito una prueba en vuestra vida, si la aceptáis de corazón, sabiendo que Yo la permito, la sufrís, como Yo la sufrí en la Tierra, la ofrecéis, como Yo Me ofrecí a Mi Padre, va a producir grandes frutos, porque ésa acción conjunta entre Yo y vosotros va a seguir manteniendo la vitalidad de Mi Presencia entre vosotros.

A través de vuestras acciones, ofrecidas junto con las Mías, ya sean de dolor ó de alegría, sigo levantando muertos, devolviendo la vista, devolviendo el habla, enderezando caminos en los corazones desviados, salvando almas para el Cielo Eterno.

Nada se desperdicia de los actos ofrecidos con amor de todas Mis creaturitas sobre la Tierra. Cada uno de vuestros actos, ¡valen muchísimo!.

No podéis, por ejemplo, imaginaros lo que un simple dolor de cabeza vuestro, ofrecido junto con Mis dolores terrenos, puede lograr. Ya no digáis sobre los grandes dolores ó penalidades que cada uno de vosotros pueda tener.

Los dolores ó penas de cada uno de vosotros, unidos a Mis dolores y penas terrenos, son fuente de salvación para todas las almas. Yo, desde que llegué a la Tierra, ofrecí a Mi Padre cada momento, cada dolor, cada alegría y con ellos salvaba almas día y noche, almas pasadas, presentes y futuras, porque, al ser Yo Mismo Dios, iba abarcando todos los tiempos, porque en Mí no hay tiempo.

Al uniros a Mí, os convertís en corredentores junto Conmigo y cada uno
de vuestros actos, que unís a los Míos, siguen salvando almas de toda la
humanidad y de todos los tiempos.

¿Véis ahora como sigo viviendo en vosotros y alrededor de vosotros?
Sigo dando vida como la di hace 2000 años. Sigo aliviando almas, de sus pesares, como lo hice hace 2000 años. Sigo dando vida espiritual y física, como lo hice hace 2000 años y todo ésto, gracias a vosotros, los que aún Me permiten hacerlo, porque, creen en Mí, confían en Mí, Me aman a Mí, su Dios y Creador, su Dios Amor, su Dios Redentor.

Somos una familia y con vuestra ayuda puedo actuar en vuestros hermanos.

El que en Mí confía, se ayuda a sí mismo y ayuda, a que Mis Gracias y Bendiciones sigan cayendo sobre sus hermanos.
 
Quizá alguna vez os hayáis preguntado qué hicisteis para haber recibido tal ó cuál regalo, económico ó espiritual, precisamente en el momento que más lo necesitabais y sin haberlo, ni siquiera, pensado ó pedido.

Esto sucede porque Yo voy viendo por vuestras necesidades espirituales y materiales en cada uno de vosotros, pero necesito de las oraciones de intercesión que se Me ofrecen de todas partes del Mundo, por vuestros hermanos, que ni conocéis y que continuamente se Me dan para ayudaros. Tales oraciones, sacrificios, Misas, comuniones, rosarios, la cruz de cada día ó aún su misión, aceptada y ofrecida con amor, son los que _ logran que otra alma, quizá del otro lado del Mundo, reciba Mis Bendiciones. Esto, como ya os había explicado, se llama, la comunión de los santos, por lo que vuestras oraciones y actos piadosos que salen de vuestro corazón amoroso, también llegan al Cielo y al Purgatorio, pero ésas almas también oran por vosotros que aún estáis en la lucha aquí en la Tierra.

Todos vosotros, en el Cielo, en el Purgatorio, en la Tierra, sois hermanos y todos vosotros necesitáis de Mis Gracias y de Mi Amor.

Por favor, no desperdiciéis, ya más, vuestros, actos, dolores, alegrías, todos ellos valen muchísimo, siempre y cuando, con Fe y con Amor, los unáis a los Míos. Por eso tantas veces os he dicho que juntos podremos lograr la salvación de toda la Tierra.

Yo os bendigo en el Amor de Mi Padre, en el Mío y en el del Santo Espíritu, Amén