Mzo 16_01 La Tecnología.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, Yo Soy vuestro Dios, vuestro Padre, el Creador de todo cuanto existe, existió y existirá.

Hoy os quiero hablar sobre la tecnología, la cual Yo mismo concedo a los pueblos. Nada se da si Yo no lo permito, todo lo voy concediendo Yo, vuestro Dios, para ayuda de vuestro desarrollo humano.

Los “descubrimientos ó inventos” no son obra de la casualidad humana, Yo voy dirigiendo las mentes para que se den ésas grandes maravillas, para que vayáis mejorando en vuestra calidad de vida. Por otro lado también tenéis “descubrimientos” que el mal suscita, pero éstos los podréis diferenciar de lo que Yo os doy, en que ellos normalmente van en contra de Mis Preceptos y Leyes, los cuales os di a través de Mi Hijo y de los Profetas.

Recordad como los primeros descendientes de vuestros Primeros Padres tuvieron que vivir en cavernas por causa del Pecado Original, porque al perder lo que Yo, por Amor, les había dado, tuvieron que empezar desde cero. Se les dio gratis todo, porque Mi Amor es así, regala a manos llenas, pero se aparta cuando es despreciado por sus hijos. De cualquier manera, aunque Mi Amor fue despreciado cuando Me desobedecieron, Mi Misericordia no ha dejado de derramarse sobre el género humano caído. Lo he ido levantando poco a poco para que os deis cuenta de la magnitud del regalo que Yo había hecho a vuestros Primeros Padres y que también era herencia vuestra.

Mi poder es tremendo, Mis regalos infinitos, Mi benevolencia no tiene par, pero Mi Santa Justicia tiene que proteger todo aquello que es Mío y que se afecta cuando el hombre prefiere escuchar a Mi enemigo y no a Mí, vuestro Dios.

A pesar de que la tecnología que ahora tenéis es muchísimo menor al conocimiento que tenían vuestros Primeros Padres en el Principio, por ser como sois, por vuestra soberbia, ella os está llevando a prescindir de Mí, ya que a pesar de ser poco el conocimiento actual, os sentís muy poderosos, muy capaces de hacer cosas  “extraordinarias” y aún de poder lograr vida en el laboratorio.

En vez de reconocer que lo que tenéis no puede ser obra vuestra y agradecérmelo así, no, por el contrario, la soberbia os ciega y os creéis los poseedores del conocimiento vosotros mismos y así todo Mi Plan Divino se vuelve a detener, porque lo que no está sellado con Mi Amor, pronto sucumbe. Por eso vuestro crecimiento, tanto tecnológico como espiritual va tan lento, ¡tengo tanto que daros, pero vuestra soberbia Me detiene!

Habéis creado “grandes maravillas” y en vez de ayudaros os atraen problemas. Contamináis vuestro aire, vuestra agua, vuestros alimentos, vuestra atmósfera y estratosfera, pero lo peor es que habéis contaminado a vuestro corazón. La tecnología os va separando cada vez más de Mí, en vez de ponerla a Mi servicio e ir caminado paralelamente, la utilizáis en vez de Mí. Os enfrascáis tanto en éstos aparatos que os di para ayudaros, que ya no os queda tiempo para Mí y muchas veces ni para vuestra propia familia.

¿De qué os sirven todos los aparatos modernos si al separaros de Mí, por su causa, os estáis atrayendo males mundiales? Las aguas torrenciales, los temblores y terremotos, las sequías, el hambre, las enfermedades desconocidas, etc., son resultado del distanciamiento de vuestro corazón con el Mío. Vivís de la misma forma como los aparatos que utilizáis, como robots. Sí, conocéis mucho, utilizáis aparatos que hace tan solo unos años ni siquiera os los podríais imaginar y ¿de qué os han servido para la salvación de vuestra alma ó para la difusión de la Palabra de Mi Hijo?

Si, existen algunos de Mis hijos, hermanos vuestros, que han utilizado las computadoras para transmitir Mis Enseñanzas y para crear nuevos medios de difusión masiva, pero es tan poco lo que enviáis y tan pocos los que los buscan, de que podría hablar, nuevamente de que es una minoría la que aún está Conmigo. Preferís buscar otro tipo de “información” que lo que viene de vuestro Dios.

¿Por qué sois tan ingratos? De Mi obtenéis todo y no lo agradecéis ni lo utilizáis para hacer el bien. Generalmente, cuando sabéis más que los demás, le sacáis provecho propio. Si “inventáis” algo, lo aprovecháis para enriqueceros del dinero del mundo. Yo voy ayudándoos, pero no Me lo agradecéis. ¿Necesitaréis estar en cero otra vez para apreciar y agradecer lo que teníais y para que aprendáis que lo que teníais no era vuestro sino un regalo de vuestro Dios?

Pueblo de cabeza dura y desagradecido, ¿por qué sois así con vuestro Dios? Sigo derramando Mi Amor sobre vosotros y recibo a cambio desprecio, olvido, soberbia, ¿por qué sois así?

¿Podrán vuestros “inventos” evitaros la muerte y el sufrimiento eternos? Sabéis que no, pero lo veis ahora tan lejano y tan impalpable que ni siquiera os importa. Para vosotros cuenta lo que podéis tocar, medir, gozar, con vuestros sentidos humanos. Lo del interior, lo del corazón, lo de vuestro Dios ya quedó prácticamente olvidado.

Son las “nalgaditas” las que hacen reaccionar a la persona y las que la hacen darse cuenta del error en el que se vive. Los desastres climáticos mundiales son parte de ésas nalgaditas y no las queréis aprovechar para recapacitar y volver al buen camino. Os consoláis diciendo, “pobrecitos de aquellos aquí y allá, que están sufriendo, pero mientras no me pase algo a mi, todo va bien”.

Vuestro corazón se ha vuelto frío como la piedra, ya no os importan vuestros hermanos de la Tierra. No hacéis casi nada, en oración ó en conversión, para ayudarlos. Los desastres se están dando porque por vuestra falta de oración ya no se alcanza a contrarrestar el mal que el demonio os está enviando.

Estáis embebidos en el mundo y estáis perdiendo el Cielo. Buscáis mucha tecnología para gozar de más comodidades y diversiones terrenas y habéis olvidado que estáis de paso y que estáis arriesgando el no poder regresar a vuestro Hogar Eterno, en donde se goza infinitamente más que el mayor placer que vuestra mejor tecnología os pueda dar.

Meditad y obrad pronto para que podáis evitar tantos males que aún se pueden producir sobre la Tierra. De vosotros depende que se den ó se puedan anular. Sin vuestra vida de oración y entrega a Mí, no lo podréis lograr.

Yo, como Padre vuestro, es Mi obligación el de recordaros vuestras obligaciones y el de haceros ver vuestros errores, pero la libertad de acción es vuestra. De que podáis obtener  las bondades que aún no conocéis para vuestro Mundo, depende de vuestra humilde conversión y arrepentimiento. Yo os puedo dar mucho, pero ¿estáis vosotros capacitados para recibir y para AGRADECERLO?

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor que da la Vida de Mi Espíritu Santo.