Ene 22_09(vesp) Todo esto tiene que terminar con la Purificación de ésta humanidad.

Rosario vespertino

Temas:

  • ¡No, Mis pequeños!, no hay poder humano que pueda detener ya lo que os está sucediendo.
  • No desperdiciéis el dolor, unidlo a los méritos de Mi Hijo, para que éste dolor alcance poder de salvación para todas las almas.
  • El dolor os hará apreciar el Alimento Divino que se os dio y que vuestro ser despreció.
  • Como lucharéis contra las fuerzas satánicas, también se os darán a vosotros capacidades especiales para poderlas vencer.
  • De vosotros depende que alarguéis ó acortéis el tiempo de la prueba. En la humildad venceréis pronto, en la soberbia, sufriréis más.
  • Venid, que Yo os puedo levantar, puedo curar vuestras heridas, os puedo alimentar y así seguir ayudando a Mi Hijo en la sanación de éste mundo.

 

Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.,

 

Ofrecimiento, Habla Dios Padre,
Sobre: ¡No, Mis pequeños!, no hay poder humano que pueda detener ya lo que os está sucediendo.
Hijitos Míos, estáis viendo cómo la nube de maldad ha cubierto ya toda la Tierra, los acontecimientos próximos están. Estáis ya viviendo en cierta forma, el principio de los acontecimientos, pero aún la humanidad no se quiere dar cuenta de ellos. Los que estáis Conmigo sabéis precisar que esto ya es parte de la gran purificación que se os avecina. Pero vuestros hermanos, ciegos y sordos están a Mis llamados y a lo que está sucediendo y que todavía lo consideran como normal dentro de la vida del hombre.

No os estáis dando cuenta, Mis pequeños, que ya la afectación es mundial y no es solamente local, no es solamente para un pueblo lo que está sucediendo, ya es para todos los pueblos de la Tierra.

No os dais cuenta de la afectación en los cielos, en la tierra, en los mares, en la economía, en la moralidad, en la espiritualidad, todo esto ya estaba anunciado desde hacía tiempo y mucho, de parte de Mi Hija, la Siempre Virgen María. Pero no entendéis, Mis pequeños, no queréis entender, ¡cuánto podríais detener, si os quisierais dar cuenta de ello!, pero satanás, os ha cegado. Os queréis mantener todavía en vuestra humanidad, creyendo que con vuestras fuerzas humanas podréis detener los acontecimientos que os están afectando a todos. ¡No, Mis pequeños!, no hay poder humano que pueda detener ya lo que os está sucediendo. Irán desviando la atención de los hombres para un lado y para el otro, pero el resultado será lo que Yo os he vaticinado.

Todo esto tiene que terminar con la Purificación de ésta humanidad que no puede seguir así (Lenguas…), ya es tanta la maldad del hombre, que el mismo hombre ya no la va a poder detener. El hombre se dio a satanás y satanás se ha llenado de un poder que ya la humanidad no lo va a poder detener, porque ella se ha separado de Mí, vuestro Dios y es Conmigo con quien podéis contar para detener la maldad de satanás. El mismo hombre, con sus puras capacidades humanas, no puede limitar a satanás porque vosotros, como ya no confiáis en Mí, ya no podéis tener ése poder para detenerle, le abristeis las puertas poco a poco y él las acabó de abrir en totalidad y su poder ahora se manifiesta libre, porque vosotros no le estáis poniendo ningún freno.

¡Oh!, ¡cómo sufro por vosotros!, porque por vuestra tontería, vosotros le abristeis la puerta plenamente a satanás, cuando Mi Hijo os había enseñado a cerrársela y a poder defenderos de él. Vosotros le habéis dejado entrar a vuestro corazón, le habéis dejado entrar a vuestro hogar, le habéis dejado entrar a Mi Misma Iglesia y ahora él tomará toda ésa libertad que vosotros mismos le concedisteis y os atacará fuertemente.

Lloraréis vuestros tiempos de paz, lloraréis amargamente cuando teníais todo y ahora no lo tendréis. Os sucederá como al pueblo judío, lloraréis los momentos buenos que tuvisteis cuando estabais Conmigo y ahora que entraréis a la esclavitud de satanás, os acordaréis de Mis Palabras, pero será ya demasiado tarde para vosotros. Quisisteis gozar con libertinaje, hicisteis a un lado Mis Leyes, quisisteis tomar vuestra vida con vuestras propias manos, no defendisteis las Leyes de Mi Hijo, que os iban a proteger al cumplirlas, y ahora pagaréis todo eso que despreciasteis y que no cuidasteis, pero será para vuestro bien. Os daréis cuenta de vuestro error y después de la Purificación, después del dolor, cuidaréis todo lo que es Mío. Volveréis a Mí, ciertamente adoloridos en un principio, pero cuando Yo os dé el premio, si os mantenéis Conmigo, vuestras heridas cerrarán y vuestros dolores se olvidarán.

Me duele, Mis pequeños, que tengáis que pasar por esto, pero os previne por mucho tiempo y no quisisteis entender y así ha sido siempre el hombre. Os he prevenido siempre de los males que podríais tener cuando no estáis Conmigo, pero ¿qué pasa con el hombre?, se aparta, hace sus oídos sordos, su corazón lo cierra y se vuelca hacia su pobre humanidad pecadora y luego tiene que sufrir.

Pero contáis todavía Conmigo, Mis pequeños, aún a pesar de que estéis en lo álgido de la prueba, venid a Mí, que Yo os ayudaré. De ser una prueba mundial, se irá sucediendo en lo particular, cada uno de vosotros, en ésta prueba mundial de purificación, iréis teniendo vuestra purificación personal y será en mayor ó en menor grado, de acuerdo a como hayáis actuando en vuestra vida para Conmigo y para con vuestros hermanos. No todos tendréis la misma prueba, porque os repito, será personal, aunque se vea que es en forma generalizada. Seréis protegidos los que estéis Conmigo y que Me hayáis buscado, y aquellos que os hayáis separados de Mis Leyes y de Mi Amor, vuestro castigo será más severo. Todo parecerá que será igual, pero Mis cuidados se sentirán, de eso no tengáis duda, Mis pequeños.

Os Bendigo y espero que todavía podáis entender cómo Mis cuidados se irán dando por cada uno de vosotros y si ponéis de vuestra parte, todavía podréis lograr mucho, tanto para con vosotros, como para con vuestros hermanos sobre la Tierra. Son tiempos de oración, son tiempos de donación, son tiempos de arrepentimiento, son tiempos de regresar a Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: No desperdiciéis el dolor, unidlo a los méritos de Mi Hijo, para que éste dolor alcance poder de salvación para todas las almas.
Mis pequeños, todavía dentro de Mi Misericordia Infinita, la humanidad tendrá oportunidades de conversión, de salvación, de arrepentimiento porque, como os dije, aunque sea una purificación mundial, se irá dando en lo particular en cada uno de vosotros. Conoceréis vuestro actuar pasado, conoceréis vuestros errores, conoceréis vuestros pecados y tendréis la oportunidad del arrepentimiento y de poderlos llorar y eso irá aminorando los dolores personales y mundiales si aprovecháis ésta otra oportunidad que os iré dando a cada uno de vosotros para que volváis a Mí, al estado de Gracia que debéis tener.

Habrá dolor pero también, por tanta Misericordia que se derramará de Mi parte, todavía habrá agradecimiento de parte vuestra, lo cual hará que Mi Corazón se desborde en Bendiciones sobre vosotros para que no sufráis tanto.

Si vosotros os dais cuenta, a lo largo de la historia, el sufrimiento, en la mayoría de los casos, es purificación, así pues, tomad estos momentos de dolor y de sufrimiento, como purificación para vuestra vida personal, para vuestro mundo, para vuestros hermanos de todos los tiempos. No desperdiciéis el dolor, unidlo a los méritos de Mi Hijo, para que éste dolor alcance poder de salvación para todas las almas.

Recordaréis con todo esto, que os sucederá, la vida de Mi Hijo. Regresaréis a Mí, a través de Mi Hijo, recordando Sus Palabras, Sus momentos sobre la Tierra, Su donación, Su Vida, enseñándoos a vivir de acuerdo a Mis Leyes y a Mi Amor. Será un tiempo para que recordéis lo que se os dio y que no aprovechasteis. Será un tiempo de reflexión para que le deis el valor correcto a vuestra vida, para que os deis cuenta de lo que desperdiciasteis, de lo que debisteis haber hecho y lo que todavía podréis hacer en estos momentos de purificación, donde podréis ayudar a vuestra alma y a la de los vuestros.

Tenéis a Mi Hijo como el Maestro, el Verdadero Maestro al que debéis seguir. Mi Santo Espíritu os iluminará para que podáis recordar lo que os dio Mi Hijo y como lo debéis tomar para vuestro Bien y para el de vuestros hermanos.

Con todo esto os quiero hacer ver, Mis pequeños, que no os dejaré abandonados, no os voy a dejar a merced de las fuerzas de satanás, porque os aplastaría, su poder es muy grande y vosotros demasiado débiles, porque no estáis Conmigo. Por eso, en Mi Misericordia Infinita, os  defenderé contra las fuerzas de satanás, os daré todas las fuerzas espirituales y todas las formas en cómo le podréis vencer y cómo  os podréis vencer también a vosotros mismos. Entended que os quiero sanos, que os quiero santos, que os quiero libres de las ataduras de satanás, pero eso se tiene que hacer en lo particular, en lo personal, con vuestro libre albedrío. Yo no os puedo obligar a vuestra propia salvación, ciertamente os voy a dar todas las oportunidades para que la logréis.

Os ayudaré a que volváis a Mí, os daré todos los medios necesarios para vuestro arrepentimiento y vuestra santificación, pero depende de vosotros mismos que entendáis esto y vosotros, en total libertad regreséis a Mí. Ciertamente os quisiera presionar, porque os amo, porque Soy vuestro Padre, porque quisiera que todos regresarais a Mí, pero tenéis el libre albedrío y lo respeto, por eso, el que regreséis a Mí, debe ser por vuestros propios méritos. Tendréis el premio que os daré eternamente.

Entended esto, Mis pequeños, porque os amo infinitamente y porque os quiero a todos de regreso en Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: El dolor os hará apreciar el Alimento Divino que se os dio y que vuestro ser despreció.
Hijitos Míos, la humanidad entera, con todo esto que sucederá, sabrá reconocer cómo Yo os consentí cuando os mandé a Mi Hijo sobre la Tierra. Se os dio la Luz que vuestros hermanos en el pasado no tuvieron, tuvisteis Vida, Vida en Cristo Jesús y se desperdició, traicionasteis al Amor, cuando éste vino solamente a producir un Bien que tanto necesitabais porque el mal se había adueñado de toda la Tierra. Tuvisteis Mis Bondades en pleno, porque tuvisteis al Amor en pleno sobre la Tierra y no lo aprovechasteis, ésa es la mayor traición de estos tiempos, haber tenido a vuestro Dios y no haberlo aprovechado.

Ciertamente, en la actualidad, vosotros no convivisteis personalmente con Mi Hijo como lo tuvieron en aquél tiempo vuestros hermanos, pero tenéis lo que Mi Hijo os dio, Sus Enseñanzas, Su Vida, Su Amor. Habéis comido Su Cuerpo, habéis bebido Su Sangre, habéis tenido el regalo del Cielo, habéis palpado Su Amor a lo largo de vuestra vida, habéis tenido momentos de éxtasis amorosos cuando os habéis acercado a la Vida de Mi Hijo, al haber vivido estados de Gracia como regalos Divinos y aún a pesar de todo ello, Me habéis traicionado, ¡Me habéis traicionado! Habéis despreciado lo que Yo, con todo Mi Corazón, os di y que era solamente para vuestro Bien y todo éste Bien lo hicisteis a un lado y le disteis preferencia al mal, ése es el gran pecado de ésta humanidad, de ésta actual humanidad, el desprecio a Mis Bondades, el desprecio a Mi Amor, el desprecio a todo lo que Yo os di a través de Mi Hijo.

Con todo lo que os sucederá, vosotros mismos iréis recordando, por la Gracia de Mi Santo Espíritu, de todo esto que desperdiciasteis. Lo lloraréis, pero lo retomaréis, porque es riqueza Divina que debéis tomar para vuestra alma, el tesoro que Yo os di, os lo vuelvo a dar, lo desperdiciasteis, pero lo podréis retomar. Daos cuenta que vuestra alma lo necesita, de que vuestra alma no puede vivir sin tener las Bondades de Mi Amor como alimento de ella. Vuestra alma no puede crecer si no está Conmigo y de todo lo que viene de Mí, vuestro Dios. Os arrepentiréis de todo lo que despreciasteis que Yo os había dado, retomaréis de corazón todo lo que nuevamente os regalaré y apreciaréis, porque el dolor os hará apreciar el Alimento Divino que se os dio y que vuestro ser despreció.

Entended esto, Mis pequeños, para que no Me culpéis a Mí, vuestro Dios de lo que os está sucediendo y sucederá, fue vuestro error lo que está provocando todo esto, vuestro error y vuestro olvido, vuestro desprecio a Mis regalos Divinos. Yo os traté de proteger, Yo os quise hacer crecer con la Divinidad de Mi Hijo, vuestra alma necesitaba el Alimento Divino y no lo quisisteis tomar, ahora lo tomaréis y además apreciaréis perfectamente lo que tuvisteis, lo que despreciasteis y que ahora volveréis a tener, pero el dolor marcará profundamente en vuestra alma y en vuestro corazón, el valor de todo aquello que viene de Mí.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Como lucharéis contra las fuerzas satánicas, también se os darán a vosotros capacidades especiales para poderlas vencer.
Hijitos Míos, como lucharéis contra las fuerzas satánicas, también se os darán a vosotros capacidades especiales para poderlas vencer.

Mis pequeños, Yo estoy velando por vuestro bienestar espiritual especialmente y si os dais a Mí, Yo os daré también toda Mi protección y sabéis que Me manifestaré a través de vosotros, como lo hizo Mi Hijo con los apóstoles, Mi Hijo en ellos perfectamente, y así eran reconocidos, que el Poder de Mi Hijo estaba con ellos y de ésta forma podían vencer fácilmente las fuerzas satánicas y podían hacer grandes cosas para la salvación de los hombres.

Mis pequeños, la Iglesia empezó con la manifestación de Mi Hijo y luego a través de ellos, de los apóstoles. Vosotros en estos tiempos, también seréis ése ejemplo santo a seguir si os consagráis a Mí, a Mi Santísima Trinidad. Ahora va a ser Mi Amor en pleno el que se mostrará a través de vosotros, los que estéis Conmigo, los que os deis para que Yo os pueda tomar como instrumentos de Mi Amor.

Vosotros, los que ya habéis vivido un tiempo Conmigo, siguiendo las Enseñanzas que os dio Mi Hijo, donándoos con amor a Mis peticiones y por la salvación de vuestros hermanos, ya habéis experimentado una o varias veces Mi Presencia en vosotros, Mis regalos espirituales, Mi Poder a través de vosotros, quizá hasta llevando a cabo milagros en Mi Nombre, en el Nombre de Mi Hijo, en el Nombre de La Santísima Trinidad.

Para algunos de vosotros que ya habéis apreciado todo esto, os dais cuenta perfectamente de que Yo vivo entre los hombres, a través de vosotros los que os habéis donado a Mí, que Soy una identidad real entre los hombres, no Soy un invento de la Iglesia como muchos dicen, Mi Poder está actuante sobre la Tierra, Mi Poder vence a las fuerzas de satanás, Mi Poder se manifiesta por todos lados, siempre y cuando se Me invoque con Amor y con respeto.

Yo estoy con vosotros, sois Mis hijos y os amo, os quiero para el Bien, para el que fuisteis creados, pero Yo quiero, Mis pequeños que vosotros respondáis a todo esto que viene de Mí, sois hijos consentidos, pero os debéis dar cuenta de que también debéis ser hijos agradecidos, porque aquél hijo que no agradece, es que no se está dando cuenta de los cuidados y regalos que recibe del padre y de la madre. Si no sois agradecidos es que no habéis madurado en el amor. Si no sois agradecidos es que no os estáis dando cuenta de que se os ama y Mi Amor es el mayor Amor que un alma pueda recibir. Mucho se os ha dado y si no sois agradecidos, quiere decir que no habéis entendido el por qué de vuestra existencia, el por qué de vuestra salvación, el por qué de estos momentos, el por qué de la venida de Mi Hijo.

PedidMe que Mi Santo Espíritu os ilumine, si no sabéis ser agradecidos, para que os ilumine y os deis cuenta del por qué debéis agradecer tantas Bondades que Yo he derramado sobre cada uno de vosotros.

La venida de Mi Hijo se os dio para que madurarais en el Amor, para que entendierais lo que es el Amor Divino, el Amor de vuestro Dios, el Amor que os creó, el Amor que os dio vida, el Amor que se dio en totalidad por vuestra salvación, ése Amor que se anonadó completamente a Mis Ordenes de Padre por la salvación de todos vosotros, Mis pequeños.

Mi Hijo se donó por todos vosotros, sufrió por todos vosotros, os salvó a todos vosotros, siempre y cuando vosotros respondierais a lo que Él os enseñó y confirmó que eran Mis Leyes y Mi Amor.

Entended, Mis pequeños, que vuestra salvación depende de vuestra respuesta. Tiene que haber un anonadamiento total también de parte vuestra para que Mi Gracia pueda actuar perfectamente en todo vuestro ser, pero si os mantenéis en soberbia y en vuestro individualismo, que os ha llevado a la perdición en la que estáis, solamente sufriréis y nada lograréis por la salvación de vuestra alma. Hay almas sencillas y humildes que han entendido perfectamente todo esto que os estoy explicando y éstas son las almas que fácilmente se salvan, porque confían en Mí, vuestro Dios.

¡Qué difícil es para las almas soberbias salvarse!, porque todo lo cuestionan, no aceptan con humildad y sencillez lo que se os ha querido dar con Amor y para vuestro Bien. Hacéis las cosas tan difíciles y confusas, cuando todo es sencillo, cuando todo lo que viene de Mí es para los niños.

PedidMe, pues, el discernimiento santo para que podáis entender bien Mi Obra en vosotros, para vuestro futuro y el futuro de la humanidad. Os necesito, volved a Mí, os amo, no quiero vuestra perdición, quiero vuestra salvación, pero ésta depende de vuestra respuesta libre y total, no con presiones, no con imposiciones, sino en total libertad, pues quiero que vengáis a Mí caminando libremente y alegres, no que vengáis presionados, con cadenas, obligados a venir a Mí, eso no sirve, eso no vale para vuestra salvación.

Venid pues, añorando lo que perdisteis, apreciando lo que se os dio, apreciando tener nuevamente lo que no aprovechasteis y sobre todo, agradeciéndoMe todo lo que Yo he hecho por vosotros y por vuestra salvación eterna.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: De vosotros depende que alarguéis ó acortéis el tiempo de la prueba. En la humildad venceréis pronto, en la soberbia, sufriréis más.
Hijitos Míos, si os he estado pidiendo más oración, más donación de vosotros mismos para vuestro Bien y el de vuestros hermanos, es porque los ataques de satanás van a ser muy fuertes. La oración, el acercamiento a los Sacramentos, la vida en la Gracia, las bondades de vuestro corazón a través de vuestra donación, del compartir de lo que tenéis con vuestros hermanos en las limosnas que podáis dar, todos los actos de amor, todo esto os defenderá contra los ataques fuertes de satanás.

Os he dicho y os repito, que en las Escrituras se os avisa, se os profetiza que si los tiempos no fueran disminuidos, hasta los justos podrían ser destruidos por las fuerzas de satanás.

Os he dicho que, porque no le limitasteis de hace tiempo acá, con un cambio de vida verdadero, con una vida de ejemplo en el amor y de las Enseñanzas de Mi Hijo, satanás atacará fuertemente. Estáis luchando contra la maldad, entendedlo, Mis pequeños y es una maldad que os quiere destruir a todos vosotros, por envidia, porque nunca más tendrá él lo que todavía vosotros podréis tener, que es el Reino de los Cielos, Mi Amor en vosotros. Él luchará fuertemente para que vosotros no podáis obtener lo que él perdió y es tanto el odio que os tiene y la envidia de que podáis gozar lo que él perdió, que utilizará todas sus fuerzas para tratar de venceros, pero recordad que Yo lo puedo limitar, siempre y cuando vosotros estéis Conmigo, que regreséis a Mí, que Me lo pidáis, que oréis, que os sacrifiquéis, como lo hizo Mi Hijo, que os donéis por la salvación de las almas, de ésta forma le podréis quitar ésa fuerza con la que os quiere aplastar satanás. Pero la desgracia en vosotros, Mis pequeños, es que, aún a pesar de los os momentos difíciles que estáis viviendo, despreciáis el dolor, despreciáis el sacrificio, despreciáis la oración y todo aquello que en realidad os podía salvar ó aminorar los dolores, depreciáis Mi Vida, que es vida en Gracia para vuestra alma.

Si no protegéis vuestra alma con el estado de Gracia que todos debéis buscar, con pureza, con santidad constante en vuestra vida, entonces os estáis presentando ante satanás sin ningún tipo de defensa, no tenéis protección de parte Mía, porque la estáis despreciando, ¿cómo queréis luchar contra el enemigo si no os estáis protegiendo con la coraza de Gracia con que Yo os puedo proteger? Solamente regresando a Mí, al estado de Gracia, a la oración, a la donación, aceptando el sacrificio y el dolor que vosotros mismos os ganasteis, al ofrecimiento de vuestra vida, por la de vuestros hermanos, solamente así podréis vencer las fuerzas de satanás. La humildad lo vencerá, pero él querrá llevaros a la soberbia, haceros sentir capaces con vuestras fuerzas humanas de poder vencerle y entended que no sois capaces si no estáis Conmigo, eso es lo que ha vencido a la humanidad, la soberbia a la que os llevó satanás. Es tan difícil ahora la humildad entre los hombres, tanto como la donación, la oración, la virtud y por eso se ve tanta maldad caminando ya sobre la Tierra, porque no hay bondad, no hay virtud y amor que detenga la maldad.

Os repito todo esto, Mis pequeños, porque fácilmente se os olvida que seguís luchando con fuerzas humanas, cuando no lograréis el cambio con ellas. Ved a Mi Hijo, todo un Dios caminando por la Tierra, con la Humildad, os iba a decir de cualquier hombre, pero menor que la de cualquier hombre actual, os creéis demasiado buenos, os creéis que os merecéis todo y eso os ha llevado a la perdición.

Entrad en la sencillez y en la humildad que os salvará y despreciad la soberbia que os ha llevado a la perdición. De vosotros depende que alarguéis ó acortéis el tiempo de la prueba. En la humildad venceréis pronto, en la soberbia, sufriréis más.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: Venid, que Yo os puedo levantar, puedo curar vuestras heridas, os puedo alimentar y así seguir ayudando a Mi Hijo en la sanación de éste mundo.
Hijitos Míos, Yo, como Madre vuestra vengo en estos tiempos a rescataros contra las fuerzas de satanás. Mi Hijo Me dio la Gracia de ser vuestra Madre y Yo voy buscando, con el Amor de Mi Hijo, a todas las almas alrededor de la Tierra.

Veo cómo el hombre se ha dejado seducir con los engaños de satanás, habéis preferido la inmundicia, la impureza, la inmoralidad, el desamor a todas las Bondades y Enseñanzas que tanto le costaron a Mi Hijo para la perfección humana. No habéis sabido controlar vuestras pasiones, no habéis sabido apreciar lo que Mi Hijo os dio, que fue puro Amor.

Ciertamente, vuestra humanidad, afectada por el pecado, tiende a buscar el mal, con las pasiones desordenadas, pero Mi Hijo os dio Alimento Divino, Su propio Cuerpo y Sangre para que os alimentarais y vuestra alma se llenara de vida y de Poder Divino y así pudierais vencer fácilmente las pasiones de la carne, pero satanás os ha sabido engañar y vosotros, tragasteis el anzuelo. Él sabe que vosotros, sin Alimento Divino, fácilmente caéis en sus redes y os debilitáis y de ésa forma no le podéis vencer.

Habéis aceptado sus errores y mentiras en vuestra vida, no pedisteis discernimiento Divino, que os podía dar Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor y quedasteis totalmente a merced de vuestra humanidad, debilitada, impura y en muchos caos, perversa, porque os llenasteis con tanto pecado de satanás, que así como él os ha pervertido, ahora vosotros pervertís y destrozáis el alma de otros de vuestros hermanos en muchas formas.

Satanás no utiliza solamente un camino para venceros, es muy hábil y si vosotros no sabéis cómo vencerle, si no os preparáis para vencerle llenándoos de Sabiduría Divina y alimentándoos con el Amor de Mi Hijo, entonces os volvéis fácil presa de satanás y peor de todo, os volvéis instrumentos de su maldad y por eso se ha diseminado tanto su maldad en el mundo, porque muchos de vosotros, muchos de vuestros hermanos no solamente se dejaron vencer por su maldad, sino que ahora sois vosotros instrumentos de su maldad.

Sois Mis hijos y Yo os cuido también, Mis pequeños, pero debéis poner mucho de vuestra parte y sobre todo en estos tiempos de tanta maldad que se ha desatado sobre la Tierra. Para poder vencer tanta maldad os debéis llenar de mucha bondad y debéis buscarla. Venid a Mí, Mis pequeños, con humildad, con amor, viviendo en pureza y buscando la santidad, porque si no estáis vosotros deseosos de perfección, no podréis mejorar ni vencer al que ha querido destruir al Amor por los siglos.

Venid pues, con ese deseo de lucha y de mejora y pedidMe lo que deseéis para vencer a satanás en vuestra vida y en la de vuestros hermanos, su poder es grande, pero ante la Presencia de Mi Hijo, nada puede.

DejadMe, Mis pequeños, que Yo os guíe y os proteja, que os anime a seguir cuando os sintáis vencidos y debilitados, venid, que Yo os puedo levantar, puedo curar vuestras heridas, os puedo alimentar y así seguir ayudando a Mi Hijo en la sanación de éste mundo que vosotros mismos descuidasteis. Ahora es vuestro tiempo, tiempo para volver a ganar lo que Mi Hijo os dio. Él venció a satanás en el tiempo en el que vivió y ahora vosotros, permitiendo que Él viva en vosotros, deberéis vencerle también y así preparar el Reinado de Mi Hijo sobre la Tierra.

Venid pues a Mí, Mis pequeños, que Yo os ayudaré a conseguir el triunfo final, no claudiquéis, Yo estoy con vosotros y os amo de todo Corazón.
Gracias, Mis pequeñitos.