Feb 09_05 BuscadMe y buscad Mi Reino…De la añadidura, Yo Me preocuparé.

Rosario.

Mensajes de Dios Padre, Dios Espíritu Santo y La Santísima Virgen María a J. V.

Temas:

  • Cuando vosotros os negáis a vosotros mismos, es cuando Yo entro perfectamente en el alma.
  • Dad y os daré más, dad con desprendimiento total y os colmaré de Mí y de Mis Bienes.
  • BuscadMe y buscad Mi Reino para vuestros hermanos y para vosotros mismos. De la añadidura, Yo Me preocuparé.
  • El Bien que os traigo, es inconmensurable, es omnipotente, es grandioso, es un Milagro de vuestro Dios.
  • Será un mundo de renovación, gozaréis ya las promesas que se os han venido prometiendo desde el Antiguo Testamento.
Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Cuando vosotros os negáis a vosotros mismos, es cuando Yo entro perfectamente en el alma.

Hijitos Míos, pequeños Míos, os he dicho que así como el cuerpo necesita alimento para crecer, para mantenerse sano, para desarrollarse y para poder ser alguien en la vida dando frutos, lo mismo sucede con las almas.

Las almas también se tienen que alimentar para que crezcan y den fruto.

Esta humanidad perversa, muy similar al pueblo escogido, se ha alejado de su Dios.
Os llamo de diferentes formas, trato de llamar vuestra atención, para que os deis cuenta del error en el que vivís. Yo os trato de proteger contra las fuerzas del mal y vosotros os escabullís, ya no tenéis confianza en vuestro Dios. Sois como un adolescente que se cree fuerte, capaz de moverse solo por el mundo y hasta que no comete graves errores, se da cuenta que necesitaba la guía paterna ó materna.

Sois todavía ese pueblo inmaduro, como niño, como adolescente, traviesos, groseros. Pueblo inmaduro que no quiere crecer en la virtud, que no quiere crecer en la vida. Quiere ser consentido, pero no crecer ni dar lo que debe de dar el hijo agradecido.

Queréis seguir siendo consentidos, pero viviendo en el pecado, viviendo a espaldas de vuestro Dios y esto no puede ser, Mis pequeños, y no lo digo por Mí, porque Yo Soy el Perfecto, lo digo por vosotros, que necesitáis crecer, que necesitáis desarrollaros, que necesitáis ser adultos en la Gracia y en el Amor que Yo os quiero dar.

Mis pequeños, cuando el alma realmente crece y aprende a amar, como Mi Hijo os enseñó, es cuando ya estáis aprendiendo realmente a llevar a cabo vuestra misión, es cuando realmente estáis viendo lo que debe de ser vuestra vida sobre la Tierra. Se dice fácil y lo oís continuamente, -que debéis amar-, pero para vosotros esa palabra ya casi no significa lo que debe de significar para Mí, ó son amoríos ligeros, pecaminosos, ó es amor en el que dais lo mínimo, porque os distraéis y no queréis dar en total donación.

Siempre mantenéis reserva para vosotros mismos, no os soltáis completamente a vuestro Dios y a vuestros hermanos. Siempre con esa reserva en la que os protegéis tontamente porque no sabéis daros en totalidad, como Yo Me doy en totalidad por vosotros.

No habéis aprendido a desprenderos, ni aún de las cosas bellas que Yo os doy.

No habéis aprendido todavía, Mis pequeños, que cuando vosotros os negáis a vosotros mismos, es cuando Yo entro perfectamente en el alma y al perder vuestro “yo”, Me encontráis a Mí, y entonces es cuando habito Yo plenamente en cada uno de vosotros.

El olvidarse de sí mismos, os va a traer un bien infinitamente superior, el tenerMe a Mí, vuestro Dios.

Entended esto, Mis pequeños, ya no actuéis como niños, como niños distraídos, como niños inmaduros, como niños que no se percatan de la realidad espiritual que debéis vivir, sed maduros ya, en Mis enseñanzas, en Mi Vida y sobre todo en los frutos que debéis dar a vuestros hermanos.

 Por eso el mundo en el que habitáis, es un mundo de tibieza, porque no podéis dar mucho, porque no tenéis mucho en vuestro corazón.

Os mantenéis con el mínimo necesario, tibios, inmaduros, mediocres y no queréis llegar a esa perfección a la que habéis sido llamados. Sois Mis hijos, Yo Soy el Perfecto y Yo no puedo permitir la mediocridad en los Míos.

El niño consentido no lucha por temor a la caída, por temor al dolor y se conforma con lo mínimo.

Las almas que valen, las almas valientes, son las que se llevan el premio, son siempre las que tienen más, porque han arriesgado todo, y el premio es infinitamente superior a lo que arriesgaron.

Yo no Soy un Dios de mediocres, Yo no Soy un Dios para aceptar la mediocridad de sus hijos. Creced ya, Mis pequeños, os da flojera, no queréis trabajar para vuestra propia perfección, es egoísmo, es falta de caridad, no hay amor en vuestro corazón, porque no queréis tomar el compromiso de ser perfectos, porque después deberéis dar a vuestros hermanos lo que de Mí aprendisteis.

Os acompaño durante vuestra vida. Venid a Mí, ya no os apartéis, tomad de Mí todo lo que necesitéis para vosotros mismos, para vuestros hermanos, para que maduréis, para que deis mucho fruto.

Arrepentíos de vuestro pasado y Yo lo olvidaré de inmediato.

Deseo hombres nuevos, Vida Nueva en vuestro interior, pero ese es el compromiso que cada uno de vosotros deberá hacer Conmigo, vuestro Dios.

Dejad ya vuestros temores, el sentir que perderéis mucho, que arriesgáis mucho al dejar que vuestro Dios actúe en vosotros. No es así, Mis pequeños, os lo he dicho, dadMe, dadMe todo vuestro ser, toda vuestra voluntad, todas vuestras capacidades, todas vuestras riquezas, dejadMe a Mí actuar en vosotros y así, Yo os satisfaré, os daré todo y haré hombres nuevos, almas nuevas que gozarán Mi Presencia activa en su corazón.

DadMe, dadMe, que Yo os daré al ciento por uno.

Quitad vuestro lastre de vuestra espalda que no os deja caminar, que no os deja volar hacia esa perfección y dejad que Mi Santidad, Mi Perfección os invada.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Dad y os daré más, dad con desprendimiento total y os colmaré de Mí y de Mis Bienes.

Hijitos Míos, si realmente vivierais como Yo os he pedido, viviríais como verdaderos hermanos, compartiendo con vuestros hermanos, en total Caridad, Amor, desprendimiento, todos los bienes, tanto materiales, como espirituales con los que Yo  os proveo.

Es difícil para el hombre por su falta de Fe, por su falta de Amor, dar a veces, en totalidad, de lo que Yo le he dado. Vuestros bienes, lo que recibís, no es vuestro, Mis pequeños, pero os lo apropiáis como si lo fuera.

No dejáis pasar de lo que Yo os doy y lo mantenéis para vosotros y hasta se os echa a perder, como el Maná que recogían los Judíos, tenían la orden de tomar lo del día y no guardar nada, compartir de lo que tuvieran, de lo que hubieran recogido, alcanzaba y sobraba para todos.

La multiplicación de los panes era lo mismo, Mis pequeños, comían hasta hartarse y sobraba.

Vivís limitados porque guardáis, porque no confiáis en Mi Providencia, porque no creéis que vuestro Dios todavía pueda hacer Milagros en éste tiempo.

Dad y os daré más, dad con desprendimiento total y os colmaré de Mí y de Mis Bienes. Id haciendo la prueba, Mis pequeños, conozco vuestro interior, conozco vuestra falta de Fe, conozco vuestra inconstancia.

Id haciendo la prueba, probadMe y veréis cómo Yo respondo.

Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios y Yo doy siempre de más, pero para eso, Mis pequeños, para que podáis repartir con vuestros hermanos y no os dais cuenta de la oportunidad que Yo os estoy dando, porque al repartir de lo que Yo os doy, que os sobra a vosotros, con ese acto de Caridad, con ese acto de Amor, vuestra alma tendrá un mayor regalo en el Reino de los Cielos. ¿No os dais cuenta que Yo os voy formando y que os voy poniendo oportunidades para que tengáis más Gloria eternamente?

Es como al niño pequeño -y debiera ser así-, que se le entrega un billete de gran valor, va a tomar para comprar sus cosillas, pero le va a sobrar mucho y al dar a sus hermanos, al compartir, el Padre estará muy contento y le dará más, sabe que ése es un hijo en quien puede confiar, en quien puede derramar Sus Dones, Sus Riquezas, porque así hará el bien que se necesita para sus hermanos y en ese bien Me alcanzará muchas almas para su crecimiento y salvación.

Así que, no temáis Mis pequeños  en dar, dad, hasta quedaros prácticamente sin nada, porque Yo os voy a proveer, tenedMe confianza, tened confianza en Mis Palabras.

Mi Hijo les puso el ejemplo con la viuda que dio una monedita y esa monedita era todo lo que tenía, pero la colmó de bienes, porque lo dio todo para Mí, para Mi Gloria.

Sed así, desprendidos, donados y no esperéis el intercambio, dad por amor, dad porque realmente veáis la necesidad en vuestro hermano y no por la esperanza de que se os va a multiplicar lo que deis, sólo por el interés mundano de poseer más, porque en ese momento, cuando Yo os dé de más, ya no querréis repartirlo, sentiréis que fue un negocio provechoso haber engañado a vuestro Dios, haber dado para recibir y a quedaros con esa riqueza.

Yo no actúo así, Mis pequeños y os puedo dar una lección grande que os va a doler. Si vais a dar, dad con amor, si os vais a desprender de vuestros bienes, que son Míos, dadlos con amor, viendo realmente la necesidad de vuestro hermano y que os duela el desprendimiento de vuestro bien; pero, por otro lado, gozando de la alegría de ese agradecimiento de corazón que vuestro hermano os da. Y así gozaréis Conmigo ese agradecimiento, porque también llegará a Mi Corazón, y así Yo podré confiar en vosotros, porque seréis verdaderos hijos de vuestro Dios, dando el ejemplo que Mi Hijo os daba sobre la Tierra, sed perfectos como vuestro Padre lo Es.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio,Habla Dios Padre,
Sobre: BuscadMe y buscad Mi Reino para vuestros hermanos y para vosotros mismos. De la añadidura, Yo Me preocuparé.

Sí, Mis pequeños, todos aquellos que Me son fieles, entrarán en el Reino de los Cielos, pero ciertamente, algunos cumplís en mayor grado que otros, por eso Mis Moradas, son diversas, porque el premio también va a ser diferente.

Todos os sentaréis a la mesa, todos comeréis de Mis Delicias Celestiales, pero aquel que haya dado más por Mi Reino, por la salvación de sus hermanos, ellos recibirán más.

Esa es Justicia, es Mi Justicia de Amor, porque aquellos que vivieron para el mundo, que se satisficieron, que se llenaron con los bienes del mundo, que los gozaron para sí mismos y no los repartieron, no pueden gozar en el Reino de los Cielos lo mismo que aquel que sufrió que se limitó a sí mismo en los bienes del mundo para compartirlos con sus hermanos, ellos tendrán un premio grande, porque rechazaron esa vida exterior, esos goces exteriores, su corazón se movió a compartir de sus bienes, con el pobre, con el anciano, con el encarcelado, con su prójimo a quien amó.
 
Aquél que  tiene mucho y que se ve a sí mismo vive ese egoísmo, esa soberbia, desperdicia los bienes por buscar su gusto personal, su presencia personal, el aparentar ser grandes para el mundo, cuando realmente está vacío su corazón.

Sí, Mis pequeños, éstas almas, cuando vean su realidad, son las que quisieran que una montaña las tapara, se presentan vacíos ante Mí, se dan cuenta del tiempo desperdiciado, se dan cuenta de la vaciedad de amor hacia sus hermanos, se dan cuenta del desperdicio del tiempo sobre la Tierra. Cayeron en la trampa del mal, que les hizo creer que el venir a la Tierra era para gozo temporal y que regresarían a un gozo eterno, simplemente por el hecho de gozar y aprovecharse del gozo mundano.

Despreciaron las oportunidades de compartir y de dar amor, dándose por sus hermanos, ya no solo dando bines materiales, sino dándose para crecimiento espiritual, con el consejo, con el apoyo, poniéndose en el lugar de sus hermanos en conflictos, en problemas.

Pobres almas, cuando se dan cuenta de su realidad. Aún en ellas, Yo usaré Mi Misericordia, les haré ver su error, trataré de salvarlas, porque son mis hijos, pero, el tiempo desperdiciado, no lo podrán reparar.

Por eso es necesario que desde pequeñitos hagáis entender a vuestros hijos, la real misión que tienen aquí en la Tierra, para que vayan madurando toda una vida en el Amor y que puedan llegar a Mí, con las manos llenas, felices de haber dado mucho.

Ciertamente, también sobre los padres recae esa responsabilidad de la que van a ser juzgados aquellos que no dieron gran cosa, que gozaron del mundo, porque ese fue el ejemplo que sus padres les dieron. Por eso os he dicho que ser padres, ser maestros, ser guías, si no enseñáis basados en Mi Amor, en las enseñanzas que os dio Mi Hijo, esa responsabilidad caerá sobre vosotros y se os juzgará por ello.

La donación, el dar a vuestros hermanos, no solamente es en lo material, os vuelvo a repetir, tiene que ser también donación personal, para buscar el bien de vuestros hermanos, el consejo, la ayuda espiritual, palabras de aliento, muchas veces valdrán mucho más que todos los millones del mundo.

Nunca despreciéis cuando un hermano vuestros se acerque a vosotros, pidiendo ese apoyo moral, ese apoyo espiritual, ó el apoyo material, dad sin medida, que Yo os colmaré después; os daré Sabiduría, os daré Pureza, os daré Inteligencia, os daré Mansedumbre, os daré Humildad, os daré Mi Amor y lo demás lo tendréis por añadidura.

BuscadMe y buscad Mi Reino para vuestros hermanos y para vosotros mismos. De la añadidura, Yo Me preocuparé.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Espíritu Santo.
Sobre: El Bien que os traigo, es inconmensurable, es omnipotente, es grandioso, es un Milagro de vuestro Dios.

(Lenguas…)
Hijitos Míos, Yo Soy la Luz, Yo Soy el Fuego, Yo Soy el Renovador, Soy el Santo Espíritu de Dios, que vendrá a renovar la Tierra entera, la Luz que os vino a  dar Jesús, es la Luz que renovará a todo el género humano.

Yo vengo por el Amor del Padre a renovar todo aquello que ha sido afectado por el pecado, por todos aquellos que no quieren dejar entrar esa Luz, que no la quieren dejar pasar.

Vengo a reformar a las almas para que sean transparentes, para que dejen pasar la Luz, que no la retengan, que no la desperdicien. Deberéis ser puros, santos.

Vengo a quemar todo aquello que no sirve para el Reino, vengo a Purificar todo aquello que dañe al Reino de Nuestro Dios.

El Padre, Nuestro Padre, quien Nos ha Creado, Me manda a renovar la Tierra, Me manda a renovar los corazones, Me manda a renovar la Creación.

Soy Dios, tanto como lo es Él, pero Él es Creador, Yo estoy en Él, Él Soy Yo, pero Él es el Creador, y desea lo mejor para vosotros, y Yo, encargado en éstos tiempos de esa Renovación, de ese crecimiento en Pureza, en Santidad, en Vida, vengo a cumplir Sus Ordenes Amorosas, llenas de Justicia y de Misericordia, es un Amor Infinito, es lo que Él desea, el Amor para sus hijos.

Mis pequeños, el Bien que os traigo, es inconmensurable, es omnipotente, es grandioso, es un Milagro de vuestro Dios.

Dejad que Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, os prepare, prepare vuestra alma, para que podáis entender éste Regalo Divino, éste Misterio Divino, ésta Nueva Creación Divina que se os dará.

Vivís actualmente, como se os dijo, en la mediocridad espiritual, no podríais ni gozar, ni entender lo grande que se os dará, por eso he sido enviado, por orden del Padre, para renovaros, para llevaros a ése entendimiento espiritual.

Mis pequeños, dad gracias de corazón a vuestro Dios, por el Regalo tan grande que os quiere dar.

Se os ha dicho ya, muchas veces, que no os fijéis en los momentos de la Purificación…

(Lenguas…)
Entended, Mis pequeños, que no podrán asistir a la Fiesta, si no estáis vestidos para la ocasión.

Esta renovación del género humano, ésta Purificación, es la fiesta que se os prepara para recibir a vuestro Dios.
Entended, Mis pequeños, la condición en la que se encuentra vuestra alma actualmente, no está en capacidades para recibir a vuestro Dios. No tenéis la pureza, no tenéis el amor necesarios, no tenéis esa vida interior que se necesita para recibir a vuestro Dios.
Para eso Estoy Yo, ahora entre vosotros, para renovaros interiormente, para renovar la Creación, porque serán momentos de fiesta, momentos grandes para el Cielo.

Debéis estar preparados para recibir a vuestro Dios, para convivir con el Santo de los Santos y no estáis preparados todavía; con humildad y con agradecimiento, aceptad la Renovación de vuestro interior y de la Tierra entera.

Agradeced a vuestro Dios que estéis invitados a la Fiesta y preparad vuestro corazón para ello, para que dócilmente os dejéis guiar por Mí, vuestro Dios Espíritu Santo. DejadMe, dejadMe a Mí llevaros por los caminos escogidos por Nuestro Padre Dios, para que merezcáis esos momentos.

En la Parábola de Jesucristo, en donde aquél hombre encuentra esa perla invaluable, vende todo, quita todo, con tal de ganar esa perla.

Vosotros tendréis ya esa Perla, tendréis a vuestro Dios entre vosotros, al Tesoro Infinito, al Único Tesoro Real que existe.

 Deberéis de deshaceros de todo, empezando con vuestro interior, con vosotros mismos. Quitad de vuestra vida todos esos falsos valores, para que Yo os revista de las vestiduras Reales del Corazón Santo, con el que os deberéis preparar y presentar a la llegada de vuestro Dios.

Os vuelvo a repetir, sed dóciles, humildes, sencillos, obedientes a Mi moción. ¡DejadMe, dejadMe perfeccionaros!

Se sufre, ciertamente, porque se os quitará aquello en lo cual confiáis plenamente, que son vuestro corazón y vuestra mente, tendrán que cambiar. Yo, si vosotros Me lo permitís, haré el cambio.

Un total cambio se vendrá sobre aquellos que lo acepten, que se desprendan de su egoísmo, entended, Mis pequeños, la gran Belleza que os estoy trayendo.

Por eso se os decía, el Padre os lo decía, poned vuestros ojos, poned vuestra mente y poned vuestro corazón en lo que vendrá después de los acontecimientos, que será grande, bellísimo, y por eso vengo Yo, para prepararos.

Agradeced vuestra penitencia, los sufrimientos que se os van a imponer, porque serán para vuestro bien. Agradecedlos de corazón, agradecedLe a vuestro Padre que haya puesto Sus Ojos en vosotros.
Gracias, mis pequeños. (Lenguas…)

Quinto Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: Será un mundo de renovación, gozaréis ya las promesas que se os han venido prometiendo desde el Antiguo Testamento.

Hijitos Míos, pedid Luz del entendimiento, para que podáis daros cuenta de todas las bellezas que se os prometen, para que vuestro corazón pueda entender lo que vuestro Padre desea de cada uno de vosotros.

No os podéis imaginar, Mis pequeños, la gran obra que quiere hacer con cada uno de vosotros, va a ser un cambio radical con cada una de las almas, va a ser un cambio radical de las almas.

Volveréis al Paraíso, Mis pequeños, grandes bellezas os esperan. Yo, como Madre vuestra, quiero lo mejor para vosotros, pido lo mejor para vosotros.
Os quiero bien arregladitos, limpios, bien presentables, para llevaros a ese Nuevo Reino, al Reino del Amor, al Reino de la Paz, al Reino de la Santidad. ¡Es tan grande, tan bello!

Vuestro Padre, Mi Padre, accede a Mis súplicas, pero Yo necesito vuestra voluntad, libre, donada, a vuestro Dios, a Mí, vuestra Madre.

Yo os voy llevando por indicación de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, por esos caminos en donde Él hará la obra en cada uno de vosotros.

Yo presento a Mi Esposo vuestra voluntad libre y entregada totalmente a Él para que Él pueda quitar todo aquello que no sirva, y potencializar lo que tenéis ahí de bueno, sin usar, vuestras potencias, con las que os dotó vuestro Padre.

Será, será un mundo de renovación, gozaréis ya las promesas que se os han venido prometiendo desde el Antiguo Testamento y que se os han dado y corroboran en el Nuevo Testamento.

No veáis cosas malas en donde hay puro bien. Vuestras vestiduras lodosas, pecaminosas se os arrancarán y lo digo así, Mis pequeños, con una palabra fuerte, porque vosotros no queréis de otra forma donaros.

Muchos de vosotros no sois dóciles, pero Yo, como madre vuestra, que deseo lo mejor para vosotros, tengo que ser a veces fuerte, ruda, si pudiéramos decirlo así, porque un bien mayor os está esperando.

Cuando una Madre Ama y Ama de verdad a sus hijos, hace hasta lo imposible por conseguir ese bien para ellos, una Madre que Ama, se humilla, sufre, pasa hambres, pasa dolor con tal de obtener lo mejor para sus hijos y a veces hay que forzar a los hijos a que entiendan y acepten el bien mayor que se les dará.

Por eso, Mis pequeños, no os apartéis de Mí, que Yo Me daré totalmente con tal de obtener lo mejor para vosotros, lucharé ferozmente contra las insidias del mal, os arrancaré de sus garras para renovaros, para que podáis obtener nuevamente vuestra dignidad de hijos del Rey.

La lucha será fuerte, por eso deseo que os deis cuenta de los acontecimientos y que no os separéis de Mí, que Yo voy a luchar por vosotros, pero que necesito vuestro apoyo.
Proteged Nuestros intereses, cuidando de vuestros hermanos, luchad por ellos, por los débiles y dejaos revestir con los Dones, con las bellezas de la Gracia, con las Virtudes y el Amor con que Mi Esposo os transformará.

Ciertamente vendrá una transformación a la humanidad entera, será la Paz, la Alegría, la Gran Victoria después de la gran lucha.

Gozaréis, como Yo ya gozo porque veo el Regalo que se os dará.

Vosotros no confiáis plenamente en las Palabras de vuestro Dios ni en Mis Palabras, pero Yo que conozco y confío plenamente en Nuestro Dios y sé los Regalos que a las almas fieles les hace; no tengo más que agradecer a Nuestro Dios lo que hará con vosotros, Mis hijos.

Agradeced aún en la obscuridad, aún antes de que llegue la Luz, agradeced en la confianza, agradeced a la Promesa, agradeced el Amor de vuestro Padre Dios, agradeced en todo momento lo que suceda a vuestro alrededor.

Agradeced, Mis pequeños, agradeced.
Gracias, Padre, por lo que haces por Mis hijos.
Gracias, Mis pequeños.