Mensajes de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
Temas:
Primer Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: Vosotros tenéis libertad, igual podéis escoger entre el bien que entre el mal. Cuando escogéis en el bien, Yo os voy protegiendo.
Gracias, Mis pequeños. Segundo Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: Yo todo lo puedo cuando el alma se suelta a Mí, Me regala su libertad y así puedo Yo actuar en totalidad. Hijitos Míos, en lo humano, cuando vosotros vais a hacer determinada actividad ó vais a llevar a cabo una misión particular, ya sea de gusto ó de trabajo, buscáis todo lo necesario que utilizaréis para llevar a cabo ése gusto, ésa necesidad, ésa obligación. Si vais a subir una montaña, os equiparéis con todo lo necesario, zapatos especiales, alimentos, bebidas, oxígeno, lentes, etc. buscaréis con cuidado lo necesario para que no tengáis problemas. Si vais a explorar en alguna cueva, lo mismo, buscaréis lo necesario para que todo salga de acuerdo a lo que necesitaréis y que os vaya bien. Si esto lo hacéis en lo humano, ¿por qué, Mis pequeños, no hacéis, en lo espiritual, lo que debéis hacer cada uno de vosotros?. Os he dado a cada uno de vosotros una misión, os he encomendado, con todo Mi Corazón y con confianza, que llevéis a cabo una misión para ayudarMe a recuperar la Verdad y el Amor en éste mundo. Pero ¿cuántos, cuántos de vosotros realmente estáis consientes de ello?, ¿cuántos de vosotros realmente estáis viendo vuestro interior y con humildad estáis reconociendo lo que necesitáis para poder luchar contra todo aquello que os rodea, que es negativo para vuestro buen desarrollo espiritual y el de vuestros hermanos?, ¿cuántos de vosotros realmente os acercáis a Mí buscando consejo, para que Yo os pueda decir, en vuestro corazón, lo que debéis pedirMe a través del Santo Espíritu de Amor?, ¿cuántos de vosotros realmente estáis dispuestos a trabajar por Mí, por vuestro Dios, dejando que Mi Voluntad os trabaje y ella es la que mueva los corazones de vuestros hermanos? Estáis en un mundo adverso a la espiritualidad que Yo os pido, se vive en la podredumbre y debéis luchar contra ella. Si estáis viviendo en contra del Amor Verdadero, deberéis pedir Mi Amor. Si estáis viendo que la sabiduría del mal es la que está rigiendo al mundo, deberéis pedir la Sabiduría Divina. Si estáis viendo que la soberbia entra en los corazones de los hombres y los lleva por caminos falsos, deberéis buscar la humildad Celestial para que podáis luchar contra ésa soberbia. Y, así, Mis pequeños, deberéis ir pidiendo cada una de las virtudes que necesitaréis para ir luchando contra los vicios que os rodean, pero para ello, Mis pequeños, deberéis de sentiros necesitados y sobre todo deseosos de cumplir Mi Voluntad en vosotros. Es la humildad, la Sabiduría, el Amor, la Fe, las grandes armas que todos necesitaréis, más las demás virtudes que, cada uno en lo particular, necesitará de acuerdo a vuestra misión. Acercaos a Mí, Mis pequeños, dejad que el Santo Espíritu de Amor os aconseje a cada uno de vosotros, para que podáis ayudarMe levantando las almas de vuestros hermanos nuevamente a ésos niveles de Gracia, de Pureza y de Santidad que tanto necesito de cada uno de vosotros. La lucha es difícil, pero Mi Gracia lo puede todo, confiad en Mí, vuestro Dios, que Yo todo lo puedo cuando el alma se suelta a Mí, Me regala su libertad y así puedo Yo actuar en totalidad.
Gracias, Mis pequeños. Tercer Misterio.
Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Cuando vivís bajo la Voluntad Divina de la Santísima Trinidad, vosotros sabéis lo que debéis hacer y eso es lo que queremos. Hijitos Míos, vosotros sois muy dados a hacer comparaciones, os comparáis con vuestros hermanos, comparáis a unos con otros y esto solamente os lleva a una depresión, tanto moral como espiritual. Os comparáis, ya sea por vuestro tamaño, por vuestro color de piel, por vuestra economía, por tantas y tantas cosas y en lo espiritual también, porque aquél ó aquélla tienen tal ó cuál don que yo no tengo ó se comporta de tal forma que yo quisiera ser así. ¡No!, Mis pequeños, recordad las veces que os he dicho que sois vosotros como las celulitas de un cuerpo y que todas pertenecéis al Cuerpo Místico, a Mi Cuerpo Místico, Mis pequeños. Yo, el Hijo del Dios Verdadero, el Cristo Jesús, que os vine a salvar, os vine a dar ésta vida para que entendierais que cada uno del vosotros tiene una misión importantísima que cumplir y que cada uno de vosotros es diferente. Así como las células, cada uno de ellas está haciendo su labor lo mejor que puede, porque ésa es la orden que dio Mi Padre a las células del cuerpo, así debéis ser cada uno de vosotros, dar vuestro máximo y lo que conocéis interiormente que es vuestra misión, porque lo sabéis, Mis pequeños, el Santo Espíritu de Amor es quien os indica que es lo que debéis hacer. Cuando vivís en la oración, cuando vivís bajo la Voluntad Divina de la Santísima Trinidad, vosotros sabéis lo que debéis hacer y eso es lo que queremos de cada uno de vosotros, que lo que se os ha pedido hacer lo hagáis de todo corazón, sin compararos los unos con los otros, sin sentiros mayores ó menores, simplemente hacer lo mejor posible lo que debéis hacer, porque vuestro Juicio consistirá en ello al final de vuestra vida, en el cómo hicisteis vuestro trabajo. Eso es todo, mis pequeños, simplemente hacer Nuestra voluntad en vuestro corazón, en vuestros actos, en vuestros pensamientos, dejaros hacer por vuestro Dios para que Yo Me manifieste a través de vosotros. Que sea el Amor Celestial, la Sabiduría Celestial, la Vida Celestial la que se manifieste a través de cada uno de vosotros, entonces así, sí estaréis haciendo lo correcto. Por eso os pido nuevamente, no os comparéis con nadie, vosotros sois únicos y eso es lo que Nosotros queremos. La misión que tenéis, vuestro trabajo, es único e importantísimo, haced lo que tenéis que hacer Mis pequeños.
Gracias, gracias, Mis pequeños.
(Seguimos rezando el Misterio y antes de terminarlo nos dijo:)
Hijitos Míos, llevándoos por la misma idea, os quiero pedir que recapacitéis en esto. Ninguna misión, ningún trabajo es más importante uno que el otro. Pongamos por ejemplo, digamos, una casa, los cimientos, los cimientos deberán soportar lo que es la casa en sí. Ciertamente los cimientos no se verán, pero sin los cimientos, ésa casa no se sostendría firmemente. La casa en sí mostrará un exterior bello, pero no por los ladrillos con los que está construida, ésta no se vería mejor si no estuvieran los detalles, la pintura y los terminados que dan la exquisitez, la belleza. Pero a la vez, en el interior tampoco se podrían dejar solamente los ladrillos al descubierto, también necesitan un tratamiento especial para aumentar ésa belleza, para que así el que vea el exterior, al entrar, también pueda ver un interior bello de tal forma, una cosa va llevando a la otra, una cosa se va apoyando en la otra. Un exterior bello, los acabados que quisierais poner, aún por muy bellos que fueran, no se podrían detener si no tuvieran una base. Entended esto bien, Mis pequeños, para que os deis cuenta de que cada uno de vosotros, aunque parezca pequeña e insignificante vuestra misión, va a dar apoyo para lo que sigue. Por eso todo es importante, un clavo es importantísimo para que detenga algo que luego va a llevar un terminado perfecto y bello, el clavo a lo mejor es insignificante, pero sin él, no se podría dar lo que sigue. Entended esto y sentios a gusto en lo que estéis haciendo, haced lo que tengáis que hacer cada uno de vosotros, sabiendo que sois importantes a Mis Ojos y a la obra que estoy haciendo en el mundo.
Gracias, Mis pequeños.