Jun 10_98 La Tibieza.

Mensaje de Dios Padre a JV.

Habla Dios Padre,
Sobre: La Tibieza.
Hoy, hijos míos, quiero tocar un tema que Me molesta mucho, que es el de la tibieza.

Cuántos corazones viven en ésta situación. Son tan po­cos, pero tan po­cos, los corazones que se han dado plenamente a Mí, que viven en Mí viven para Mí, que buscan Mis intereses. Los tibios, en general, son ego­ístas. Me buscan cuando necesitan algo, Me buscan para que Yo les solucione sus problemas, que eso está bien, pero lo hacen ya que agotaron todos­ los recursos humanos, sus capacidades, las de sus amistades y muchas ve­ces, después de recurrir a brujos o hechiceros.

Para ellos vengo a ser una opción más en la posibilidad de poderles solucionar sus problemas.

NO hijos míos, Yo no Soy una opción más. Yo Soy la Fuente primaria de gracias y bendiciones. Aquél que se acerca a Mí con plena confianza de ob­tener lo que pide, sabiendo plenamente y con gran Fe, de que de Dios todo lo puede obtener, siempre y cuando vaya en la línea de su crecimiento es­piritual y de su salvación, su santificación y de la de otros, eso siempre lo va a obtener, porque es el amor el que lo mueve a pedirme con amor para él y para los demás.

Pero si son intereses mezquinos los que mueven su co­razón a pedirme y a veces, a exigirme algo, tengan por seguro que no lo obtendrán, lo cuál propicia en muchos el decir “es que Dios no me escucha”.­

Yo siempre escucho el clamor de mis hijos, pero ahora Yo pregunto ¿Y cuántos de vosotros escucháis Mi clamor?

Vosotros sois mis instrumentos, porque así vosotros Me lo pedisteis al querer bajar a la Tierra para servirme. Yo cuido de vosotros en todos sen­tidos y aún cuando me seáis infieles o tibios, o aún cuando me volteéis la espalda, Yo no les quito el don de la vida, o el alimento o la salud, en venganza. En Mí no existe eso. Yo como Padre bondadoso espero y os doy lo necesario para que recapacitéis y os deis cuenta de Mi Amor y os veáis en vuestro interior y así, vosotros mismos, con humildad sincera, os deis cuenta de la forma en que Me pagáis todas Mis bendiciones.

NO hijos Míos, no Soy un Dios de Terror, como muchos Me creen. Se imagi­nan que estoy esperando a que cometan un error para en ese momento llamar­lm a cuentas y desquitarme de vuestra mala vida.

Vosotros conocéis la vida de muchos santos, quienes antes de aceptar ser tocados por Mi gracia, fueron ó perseguidores se Mi Santo Nombre, o asesi­nos o ladrones o simplemente, Yo no existía para nada en sus vidas. Y fue en uno de tantos momentos que Yo permito en la vida de Mis hijos, en que aceptaron esa conversión de amor y cambiaron radicalmente sus vidas y desde ese momento aceptaron seguir la luz y dejaron las tinieblas.

Muchos de vo­sotros seguís viviendo en las tinieblas, a veces muy densas, a veces, medio transparentes y esa es la tibieza. No aceptáis, de una vez por todas, apar­taos plenamente de ellas, porque os gusta lo que la Tierra ofrece y que va en contra de Mis mandatos. Observad que dije “la Tierra” y no Mi enemigo, ya que muchas veces vosotros os volvéis vuestros propios enemigos al acep­tar lo que vuestras propias bajezas o impulsos hacia lo material os separan de Mí. Hacéis falsos dioses de personas, de cosas, de ideales malsanos y Yo quedo en segundo, en tercer plano o simplemente, no existo para vosotros.

Recapacitad hijos Míos, os amo muchísimo, no os podéis imaginar cuánto. Abrid vuestros sentidos a Mi gracia, aceptad las ocasiones que os doy du­rante vuestras vidas para volver a Mí. Valorad Mi Infinito Ser, ante las cosas sin importancia que os separan de Mí. No prefiráis lo insignificante y efímero bien que os propone la Tierra, el mundo o Mi enemigo, al grandioso e infinito bien que sólo vuestro Padre Celestial os puede dar.

No Me busquéis solo en vuestros momentos difíciles o en causas “imposi­bles”. Vivid plenamente en Mí, compartiendo vuestros pequeños y grandes momentos conmigo y así no os perderéis en problemas a los que llamáis imposibles, porque Yo saldré al encuentro de ellos antes de que vosotros os deis plena cuenta de esa imposibilidad de resolverlos. Si vosotros Me estáis compartiendo totalmente vuestras vidas, Yo, vuestro Padre, tomo totalmente vuestras necesidades. Abrid plenamente vuestros corazones a Mi Amor: Recor­dad que para Mí no hay imposibles. Vosotros veis vuestras vidas con pensa­miento humano, el cuál es imperfecto, finito. Yo Soy Dios Y Yo, Soy Omnipo­tente e infinito. Dadme vuestro todo, el cuál es pequeñito y mísero y Yo lo cambiar por Mi TODO, el cuál es inmenso y majestuoso; vosotros saldréis ganando os lo aseguro. Tenedme confianza y Fe plenas, Yo actuó en la ple­nitud del Amor y siempre Me doy del todo, no me guardo nada, ni actúo por conveniencia. No seáis tibios hijos Míos, pues por ser convenencieros, por coquetear con el mundo y por coquetear conmigo, cuando os conviene; os vo­mitaré de Mi boca. Son palabras duras, pero Yo os he formado para ser perfectos y para vivir plenamente en Mí; y no para la imperfección y que viváis a ratos para Mí y a ratos con Mí enemigo.

Recapacitad hijos Míos, os amo tiernamente y los deseo totalmente para Mí. Os bendigo en Mí nombre, en el de Mi Hijo Jesús y en el del Santo Espíritu de Amor.