Abr 04_07(Vesp) ¿Por qué no Me amáis, Mis pequeños, si os he dado todo?

Rosario Vespertino. Semana Santa.

Temas:

  • ¿Por qué no cambiar cuando tenéis lo bueno y esperáis lo malo como prueba de vuestra necedad?
  • Yo, podría cambiar todo en un segundo, pero ¿qué hace el hombre?, prefiere tener lo malo.
  • De vosotros depende que Mi Hijo regrese a reinar entre todos vosotros, el cambio depende de cada uno de vosotros.
  • DejadMe que Yo reine realmente en vuestros intereses, en vuestros deseos, en vuestras metas, en vuestro futuro, en vuestro corazón.

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio.
Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: ¿Por qué no cambiar cuando tenéis lo bueno y esperáis lo malo como prueba de vuestra necedad?

(Veo a Dios Ntro. Señor clavado en la Cruz, pero veo a través de Sus ojos desde arriba de la Cruz, hacia abajo veo gente alrededor de la Cruz).
(Lenguas…) Mis pequeños, estoy aquí en la Cruz, os veo, os veo a todos, a todos vosotros. Veo a todos vuestros hermanos en el pasado, en el presente, en el futuro, ¿por qué, Mis pequeños?, ¿por qué os alejáis de Mí?, Mi Padre ha permitido esto por vosotros. VedMe, ensangrentado, sufriente, destruido por los hombres, ¿ni aún así os movéis a compasión?, ¿Ni aún así veis a vuestro Dios que se ha dado por vosotros, por vuestra salvación?, ¿qué más esperáis, Mis pequeños?, ¿qué más esperáis?. He sufrido tanto por vosotros y aún así os sigo amando, os sigo amando a pesar de vuestros pecados, a pesar de vuestras maldiciones, a pesar de vuestros malos tratos, a pesar de vuestra traición.

Mis pequeños, habéis visto Mis obras, Me habéis visto a diario, Me conocéis y ni aún así se mueve vuestro corazón, ¿qué esperáis, Mis pequeños?, ¿qué esperáis ver más para convertiros?

Venid, venid a Mí, acercaos a la Cruz, venid para que Yo derrame Mi Sangre sobre vosotros, os purifique y os santifique. Venid, todavía Me queda algo de Sangre para vosotros, toda será derramada para vuestra salvación, pedídMela, pedídMela, Mis pequeños, para que cambiéis, os amo a todos, os amo, no os quiero ver así como estáis, envueltos en el pecado, arrastrándoos en el lodo, en la mediocridad, en la impureza, en vuestras propias leyes humanas que tanto hacen daño a lo Divino, al Reino que os estoy proponiendo y que os vine a dar a través de Mis Palabras y de Mi Ejemplo. ¿Qué más queréis ver, Mis pequeños?, sí, visteis grandes Milagros, tuvisteis Mi Predicación, ¿qué más queréis, para que os deis cuenta de que vuestro Dios estuvo entre vosotros? ¡y sigo estando, sigo estando entre vosotros!. ¿Por qué no Me creéis, por qué no Me amáis, Mis pequeños, si os he dado todo y voy a dar hasta la última gota de Mi Sangre por vosotros?.

¿Por qué, Mis pequeños, habéis cerrado vuestro corazón y lo habéis endurecido como roca, si Yo, el Cordero de Dios vine Sencillo, Humilde, sin imponeros nada?. Os he dado todo, os he amado, os consentí y sigo viendo por cada uno de vosotros y ¿qué recibo Yo?, todo lo que tenéis es Mío y no hay agradecimientos en vuestro corazón, no hay cambios en vuestra actuación, no hay vida espiritual que dar a vuestros hermanos y alimentarlos con vuestro ejemplo. Tomad de Mí, vuestro Dios y Señor Encarnado, ¿qué más queréis ver, Mis pequeños, si ya se os ha dado todo el Amor?.

Queréis ver mal, queréis ver destrucción, queréis ver ataque, sólo así creéis, ver para cambiar, ¿por qué no cambiar cuando tenéis lo bueno y esperáis lo malo como prueba de vuestra necedad?. Sois necios, de corazón duro, como el pueblo judío. Me seguís atormentando y Yo os sigo amando, os sigo perdonando y sigo esperando por vuestro cambio y arrepentimiento, no hay humildad en vuestro corazón, vosotros os sentís dioses, creéis tener el mundo en vuestras manos porque tenéis valores del mundo.

¡Oh!, Mis pequeños, ¡qué necios estáis!, ésos valores del mundo os aplastarán, lo veréis en un tiempo próximo que ésos no sirvieron para nada, os veréis en vuestro interior y veréis que no tenéis ningún soporte que os mantenga en pié, os arrodillaréis ante la Verdad, ante Mi Presencia, la que ahora negáis y hacéis a un lado de vuestra vida, pero Yo estaré allí, no para reprochar vuestro pecado, sino para levantaros, para tomar vuestra mano porque arrepentidos estaréis de vuestro error, Yo estaré allí, como Hermano, como Padre, como vuestro Dios, para que cuando os deis cuenta de vuestro error y de vuestro tiempo pasado que no aprovechasteis, en ése momento veréis vuestra realidad y para qué fuisteis constituidos, para qué fue vuestra vida en la Tierra. Yo Me apiado de las almas, las amo y aquí estoy, en la Cruz para probaros eso, os estoy probando que os amo al darMe por completo por vosotros. Os amo, os amo infinitamente y pido a Mi Padre que Su Misericordia se derrame para que entendáis lo que es vuestra vida y lo que es el Amor Infinito por vosotros.

Venid a Mí, Mis brazos están abiertos, no se pueden cerrar, están clavados y así los quiero tener para con todos vosotros. Os quiero a todos, venid, venid que de Mí tendréis solamente Amor y Perdón.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: Yo, podría cambiar todo en un segundo, pero ¿qué hace el hombre?, prefiere tener lo malo.

Hijitos Míos, Soy vuestro Padre y vuestro Dios, fuisteis creados en total libertad, fuisteis creados para gozar de la Creación entera, que es el Universo entero, fuisteis creados en total libertad para que vuestra donación, vuestra oración, vuestro agradecimiento, vuestra alegría, todo viniera libremente hacia Mí, que llegara a Mi corazón sin ninguna presión, simplemente, como lo hace  un hijo hacia el padre, como lo hace el pequeño con sus progenitores, llega a ellos, les agradece con un beso, con un abrazo, es amor sencillo y pleno, así os quería ver, Mis pequeños, Yo dándoos todo lo necesario y vosotros agradeciendo de corazón Mi Amor dado en pleno hacia vosotros.

¡Oh!, Mis pequeños, Mi Amor fue dañado porque el mismo hombre, en vuestros Primeros Padres, no quisieron tomarlo, fueron engañados, ciertamente, pero porque no acudieron a Mí para responder con Sabiduría y negar aquello que se les estaba proponiendo, que iba en Mi contra, contra Mi Voluntad, contra la Creación entera, contra Mi Amor. Éstos tiempos, si realmente meditáis, son iguales a ése tiempo, el hombre Me hace a un lado, el hombre ya no quiere saber de Mí, de su Dios, de su Creador, Yo, podría cambiar todo en un segundo, pero ¿qué hace el hombre?, prefiere tener lo malo, lo que sus sentidos pueden gozar, lo que su libertinaje les puede dar, pero el acatar Mis Leyes y Mis Decretos no les interesan y así el hombre va haciendo su propia historia, su propio camino, va negando todo aquello que los podía llevar a ser grandes, como Yo los quería a todos, grandes, porque Mi Creación fue grande, inmensa, infinita.

Todavía el hombre ni se imagina lo que tengo para vosotros, para consentiros, estáis solamente viendo un pequeño puntito, un granito de arena de la inmensidad de una playa, lo que tengo para vosotros, para los fieles, los que se mantengan en Fe y en amor, pero Conmigo, su Dios, gozarán de lo infinito.

Por el pecado, vuestras capacidades se han visto menguadas y limitadas, vuestra alma no puede tener en plenitud lo que era en el Principio, todo por causa del pecado. Las almas, cuando regresan, pueden tener ésa infinitud y gozar de lo que Yo Soy, Infinito. Es cuando el alma comprende los grandes regalos que tenía para vosotros, pero ya es demasiado tarde, no tuvieron suficiente Fe para entender, desde vuestra misión en la Tierra, lo que Yo le podía dar al alma, que se mantuviera en Mí. Hay almas en la Tierra que están gozando de Mis regalos infinitos, porque han venido a Mí, se han donado a Mí, se han regalado a Mí por completo y como se han olvidado de ellas mismas, Yo, vuestro Dios y Creador, les regalo lo que tenía para los hombres desde el Principio, éstas almas gozan del Cielo ya desde la Tierra. Son almas raras, en la Tierra las ven raras, son almas que exhalan amor, que viven para el Amor, que son ejemplo de Amor, porque aquella alma que tiene contacto Conmigo, queda transformada, no puede olvidarMe y desea el regreso, pero Yo les pido que den, que den de lo que recibieron para que vean vuestros hermanos que vuestro Dios consiente a las almas buenas, a las almas que se dan, a las almas que trabajan por Mi Reino.

Sed Míos, Mis pequeños, os lo pido, sed Míos en totalidad y veréis cómo Yo Me puedo derramar también en totalidad en vosotros.

Entended, Mis pequeños, que vosotros seréis los que saldréis ganando de todo esto, vosotros Me daréis lo poquito que sois y Yo os daré lo Infinito que Soy. Vale la pena probar, Mis pequeños, vale la pena probar ó ¿no es cierto?, daréis poco y recibiréis infinito. ProbadMe, probadMe, Mis pequeños y veréis que vuestro Dios cumple Sus Promesas.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: De vosotros depende que Mi Hijo regrese a reinar entre todos vosotros, el cambio depende de cada uno de vosotros.

Mis pequeños, en el Antiguo Testamento, Me veían a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios con temor. Era el Dios Guerrero, el Dios Vengativo, el Dios que esperaba vuestro error para destruiros. Era un pueblo rebelde, un pueblo malsano, un pueblo traicionero, pero porque habían vivido ésa incultura, apenas crecían, apenas iban adelante. Por el Pecado perdisteis capacidades bellísimas, tremendas, pueblo rebelde, que Me tenía miedo, que no querían ver Mi Rostro. Viene Mi Hijo y os da la realidad, Mía, de Dios, como Padre Misericordioso, Salvador, Vida y Amor. A través de Mi Hijo los hombres Me conocen, empiezan a saborear ésa vida en donde iban a resucitar sus almas, el espíritu los iba a llevar a engrandecerse por Mi Amor, ya no era el Dios del temor, sino el Dios Vida, el Dios crecimiento, el Dios santificador, el Dios que os ama a pesar de vuestra maldad y de vuestro pecado, pero que sí, busca vuestra perfección, para que no os quedéis ahí, en vuestra maldad y en vuestro pecado, sino que toméis de Mí, Virtudes y Amor, para crecer en dignidad de hijos de Dios.

Mis pequeños, ya no sois Mis hijos del Antiguo Testamento, que Me temían, sois los hijos del Amor, los hijos del Nuevo Testamento, hermanos con Mi Hijo Jesucristo, vuestra dignidad es de hijos de Rey, Mis pequeños, no sois esclavos, sois reyes, dignidad altísima que obtenéis cuando estáis Conmigo, cuando venís a Mí y tomáis de lo Mío, lo vivís y lo dais a vuestros hermanos.

Un Reino se va creando cuando hay una cabeza real, sabia, que va guiando a sus súbditos, ellos van tomando el ejemplo del que está arriba, de ése rey bueno y sabio, que da ejemplo de santidad, que él, lo que enseña lo vive y así todo se va transformando, no por imposición, sino por amor, con respeto y con una ayuda de hermanos.

Un reino se va transformando cuando todos viven lo que se enseña, así en libertad y a conveniencia de todos. Cuando algo se impone, cuando algo se obliga también se hace, porque os conviene, porque si no viene la reprimenda y el castigo.

Cuando vosotros actuáis en libertad, en amor y en conveniencia, pero porque será para bien propio y de los demás, se vive la alegría, se vive la libertad, se vive el amor en pleno.

Yo Soy vuestro Padre, Soy el Rey del Universo y solamente quiero el bien para todos vosotros y por eso envié a la Tierra al Maestro de Maestros, a Mi Hijo, que os enseñó lo que se vive aquí, en Mi Reino de Amor. Os quiso preparar, para que cuando regresarais estuvierais ya acostumbrados a vivir como se vive en el Reino de los Cielos. El vivir e ir imponiendo con el ejemplo y en la libertad lo que Él os dio, es ir trasformando la Tierra para que se una con el Cielo, ésa es vuestra tarea, Mis pequeños, la unión del Cielo con la Tierra, que la vida del Cielo esté unida con la de la Tierra, que seamos uno solo. Amor en los Cielos, amor en la Tierra, Mi Reino expandido por el Universo entero y esto depende de vosotros. Yo no os puedo imponer nada, Yo os doy todo en libertad, vosotros sois los que escogéis y dais, os he regalado ése don, la libertad, de vosotros depende el cambio, de vosotros depende la unión de la Tierra con el Cielo, de vosotros depende que Mi Hijo regrese a reinar entre todos vosotros, el cambio depende de cada uno de vosotros. Sin señalar a vuestros hermanos, empezad con vosotros mismos, en vuestro corazón, llamadMe, invitadMe a que reine en vuestro interior, provocad vosotros ése cambio apartando de vosotros toda maldad, toda concupiscencia y dejándoMe libertad de actuación. El Amor solamente puede producir Amor y puede producir solamente bien. Si Yo vivo en vuestro interior vuestras obras serán perfectas, santas, sanas, buenas para todos vuestros hermanos. Sí, diréis, “ése es el mundo ideal” y eso es lo que Yo deseo para vosotros, Mis pequeños, que provoquéis ése mundo ideal entre vosotros. Si Yo habito en vuestro corazón, empezaréis a construir Mi Reinado entre los hombres.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: DejadMe que Yo reine realmente en vuestros intereses, en vuestros deseos, en vuestras metas, en vuestro futuro, en vuestro corazón.

Hijitos Míos, os he reunido porque sois instrumentos, instrumentos fieles, pero sois míseros, estáis llenos de miserias, de defectos, la maldad no se ha apartado de vuestro corazón, todavía tenéis mundo en vuestro interior, todavía no Reino en plenitud en vuestra vida, pero aún así, os he tomado como instrumentos. Todavía sois pequeños, debéis crecer y para eso debo ser totalmente vuestro Dios en vuestra vida, en vuestros actos, en vuestros pensamientos, en vuestras palabras, en vuestras acciones. Todavía teméis llevarMe ante ciertos hermanos vuestros, todavía teméis ser lo que debéis ser, Mis hijos ante vuestros hermanos, coqueteáis todavía con el mundo.

Mis pequeños, necesitáis una transformación, una mejora, como todo instrumento tiene. Los instrumentos son limpiados, afilados, cuidados para que den su máximo, pedidMe eso, Mis pequeños, ésa transformación, ésa mejora, porque os necesito. Ciertamente vuestro Dios os necesita, confío en vuestra pequeñez, confío en vuestra impotencia, confío en vuestros temores, aún confío en vosotros a pesar de todos éstos defectos, pero Yo os voy transformando, os voy dando vida y así, mientras más dais, más recibís y, como regalo, una  transformación fuerte, valiosa, bien cimentada llega a vosotros.

Vuestro orgullo solamente debo ser Yo, no seríais nada si Yo no os hubiera dado todo. Sois, porque Yo quise que fuerais, tenéis, porque Yo así lo quise, se os han dado dones, se os han dado capacidades, se os han dado bienes, pero porque Yo así lo quise. Yo os consiento y habéis sentido Mi Amor en vuestra vida, habéis sentido las mieles del Cielo, pero os quiero dar más, porque os amo, porque habéis sido buenos hijos, pero todavía os necesito totalmente sueltos a Mi Voluntad.

Sois débiles y temerosos, os lo vuelvo a repetir, tiene que venir una Fuerza grande, Santa y buena que os vaya purificando desde vuestro interior hacia fuera. PedidMe que el Fuego de Mi Espíritu os queme, os libere de tanta atadura que el hombre tiene, debéis vivir en la libertad, volar libremente hacia Mí, venir a Mí sin ningún impedimento, como el niño inocente que se acerca al padre o la madre confiando en su pequeñez, en su inocencia, en ése amor que dará y que será bien recibido.

Aún a pesar de vuestro pecado, de vuestra inmundicia, del lodo que os cubre, venid a Mí, venid para que Yo os transforme, para que seáis instrumentos que Yo pueda utilizar en total capacidad. Os he prometido tantas cosas, os he dicho que Me pidáis aún aquello que ni siquiera conocéis, pero que Yo puedo hacer con vosotros. Creéis conocerMe, Mis pequeños, pero os he dicho que sois limitados, que no tenéis capacidades para entenderMe, porque apenas estáis creciendo y Yo Soy Infinito. Ésa palabra no la entendéis, ya os lo he dicho, porque estáis limitados, vuestra comprensión es limitada y aún a pesar de que veis grandes cosas en los avances científicos, no es nada a lo que Yo  voy a dar a todos aquellos que estén Conmigo y que Me sirvan en totalidad. Os quiero así, como niños pequeñitos, confiados totalmente en el amor de sus padres y sabiendo que de Mí, solamente tendréis infinidad de cosas bellas.

Arrepentíos de corazón, porque habéis guardado todavía en vuestro corazón tiempo, cosas, intereses para vosotros en donde Yo no habito, en donde no habéis compartido Mi Presencia en ello. DejadMe que Yo reine realmente en vuestros intereses, en vuestros deseos, en vuestras metas, en vuestro futuro, en vuestro corazón.

DejadMe que Yo os dé Mi Conocimiento para que Me entendáis, Me comprendáis y Me améis más en profundidad, ése será vuestro Cielo aquí en la Tierra, vivir Conmigo, amarMe más porque Me comprenderéis mejor, comprenderéis mejor lo que la palabra Amor significa y esto, en sí, ya es un Cielo.
Gracias, Mis pequeños.