Abr 10_07 Id primero al Sacramento de la Confesión y ahí recibiréis la purificación de vuestra alma.

Rosario.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio,
Habla Nuestro Señor Jesucristo,

Sobre: ¿Cuántos de vosotros, al recibir la Sagrada Eucaristía que ofrece el padre, Mi ministro, os acercáis a tomarMe, a comerMe, a alimentarse de Mí?
Hijitos Míos, la santidad es para todos, pero voy tocando puertas y no todos abren las puertas de su corazón a Mi llamamiento, a Mis necesidades, a Mi Amor. Muchos de vosotros creéis que al asistir a la Santa Misa los domingos, ya es suficiente, pero ¿realmente estáis asistiendo para servirMe?, ¿para estar Conmigo?, ¿para compartir Conmigo?, ¿para llenaros de Mi Vida, de Mis Palabras, de Mi Amor? ó asistís solamente para que vuestro vecino sepa que vosotros estáis, supuestamente, cumpliendo. ¿Cuántos de vosotros, al recibir la Sagrada Eucaristía que ofrece el padre, Mi ministro, os acercáis a tomarMe, a comerMe, a alimentarse de Mí?, ¡no!, Mis pequeños, muchos de vosotros no lo hacéis porque no estáis en estado de Gracia, vuestra alma no está apropiadamente limpia para recibirMe y sobre todo, para aprovechar Mis Gracias y Mis Bendiciones.

Cuando Yo, en las Sagradas Escrituras, os digo que si no estáis limpios de corazón, que si vais al Templo llevando una ofrenda, si vuestro corazón no está limpio, si estáis enojados con vuestros hermanos y, Yo puedo añadir y Conmigo, mejor, primero limpiad vuestro corazón, al pedir perdón a vuestro hermano, pero sobre todo a Mí, Mis hijos. De nada os sirve que os acerquéis a la Sagrada Eucaristía, que vengáis a Misa los domingos, porque cuando vuestro corazón, vuestra alma, están manchados con el pecado mortal, todas las Bendiciones y Gracias que debierais recibir en la Misa, en éste momento grande en el que hombre está Conmigo y Yo estoy con él, no las recibís, porque las puertas de vuestro corazón están cerradas a la recepción de todas Mis Bendiciones, estáis presentes, ciertamente, en el recinto sagrado, pero vuestro ser, vuestra alma no está recibiendo ninguna Bendición, porque estáis en pecado mortal, estáis cumpliendo para el hombre, pero no estáis cumpliendo para vuestro Dios.

Meditad esto, Mis pequeños, porque muchas Bendiciones, muchas Gracias se pierden, porque el alma, vuestras almas, no están presentables para recibir Mis Bendiciones.

Id primero, pues, al Sacramento de la Confesión y ahí recibiréis la purificación de vuestra alma y ella os abrirá las puertas para la recepción de Mis Bendiciones. Os vuelvo a repetir, no quedéis bien con vuestros hermanos, no quedéis bien con el mismo sacerdote, el ministro de la Santa Misa, quedad bien Conmigo, Mis pequeños, porque Yo Soy vuestro Dios y Yo Soy el que Me merezco todo, Me merezco vuestros actos, vuestra vida, vuestra compañía en Mi Casa.

Venid pues, limpios de corazón, bien arreglados, para que estéis presentables en Mi recinto sagrado.
Gracias, Mis pequeños.